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Cómo cuidar de la salud mental en Navidad

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La salud mental puede resentirse durante la Navidad.

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Ya llegó la Navidad, y con ella muchos momentos de felicidad: reencuentros con familiares que no se veían desde hace tiempo, quedadas con los amigos del trabajo o simplemente, una tarde de juego con los niños aprovechando sus vacaciones. Sin embargo, para muchas personas, esta época supone un serie aprieto para su salud mental tal y como indica la Asociación AISS Salud Mental.

Para muchas personas la Navidad conlleva una época de reflexión donde muchas familias se replantean si durante el año han tomado las decisiones correctas o si dan la atención que merecen a sus familiares y conocidos. Por ello, se brindan varios consejos con el fin de que esta época no se transforme en una tortura.

Subida de expectativas

La psicóloga Paula Cuesta explica que cualquier época del año puede originar en las personas ese sentimiento de añoranza ante falta de un ser querido o tristeza por la pérdida de un ser querido. Sin embargo en la Navidad estas sensaciones se pueden incrementar debido a las expectativas que se generan y que «obligan» a las personas a sentirse felices.

Al no alcanzar estas metas, las personas experimentan una mayor rabia o ira. Es importante reconocer estos sentimientos en lugar de aguantárselos. Aceptar la tristeza es el primer paso para superarla, de esta forma se podrá pedir ayuda a otras personas y tratar de mejorar en lo que a estado de ánimo se refiere.

Paula Cuesta también recuerda que no hay que aferrarse a recuerdos del pasado. En muchas personas aparece un sentimiento de nostalgia al recordar aquella época infantil en la que todo era felicidad. Si bien no está mal rememorar aquellos días, hay que aceptar que los tiempos cambian y que aquellos años se han convertido en otros.

Situaciones de estrés

Paula Cuesta también recuerda todas aquellas situaciones en las que se puede generar estrés para las personas y que se relacionan con esta época del año:

Carga de reuniones. El exceso de socialización, sobre todo si no es habitual durante el resto del año, puede producir sensaciones de agobio y presión sobre las personas. En estos casos lo más recomendable es distanciarse del grupo y relajarse con actividades más «solitarias»: hacer deporte, leer, escuchar música, dar un largo paseo, etc.

Regalos. Las dudas, la insatisfacción, el miedo a fallar y la inestabilidad económica producen sensaciones de frustración a la hora de comprar regalos y se pierde el disfrute. En estos casos, recomiendan racionalizar los pensamientos, recordar que los regalos no demuestran el afecto y valorar el resto de momentos que nos regalan las personas.

Comidas. El exceso de comida puede producir, además de malestar físico, también malestar emocional, en tanto en cuanto que las personas pueden sentir culpabilidad por una dieta poco adecuada o por un gasto desmesurado. En estos casos la recomendación pasa por tener control sobre la situación, tanto a la hora de comprar, como a la hora de comer, disfrutar de los alimentos tradicionales de las fechas pero sin excederse, pensando de forma racional en el desperdicio.

Damián Montero

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