Categorías:

Regalos de Navidad, ¿deseo o necesidad?

Tabla de contenidos

¿Sabemos distinguir bien entre los deseos y las necesidades de nuestros niños?, ¿Estamos cubriendo realmente sus necesidades o simplemente nos estamos limitando a satisfacer sus deseos cuando pensamos en los regalos de Navidad?

En ocasiones, debido al ritmo de la sociedad en la que vivimos, donde el estrés y las prisas cada vez gozan de una mayor presencia e influencia en nuestros estilos de vida y nuestra forma de educar, nos parece cada vez más difícil atender ciertas necesidades afectivas de nuestros niños.

No obstante, a su vez, por paradójico que pueda parecer, nos puede resultar mucho más sencillo satisfacer algunos de sus «deseos».

Qué entendemos cuando hablamos de necesidad y deseo

Según la definición que se recoge en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, un deseo es «un movimiento afectivo hacia algo que se apetece», mientras que, una necesidad es «aquello a lo cual es imposible sustraerse, faltar o resistir.»

Atendiendo a ambas definiciones, podemos ahora preguntarnos si todo aquello que nos demandan nuestros hijos responde a un deseo o una necesidad. Para intentar responder a esta cuestión os propongo un juego. Detengámonos un minuto a pensar en nuestra propia infancia ¿qué era lo que te hacía realmente feliz cuando eras un niño?, ¿qué recuerdas con mayor alegría si echas la vista atrás?

Es muy probable que lo primero que te haya venido a la mente sea una ocasión en la que pudiste disfrutar con tu familia, donde te sentiste querido y acompañado, un momento en el que compartiste con presencia plena una experiencia con tu madre, tu padre, tus abuelos, tus tíos o tus hermanos ¿verdad?

Y es que, aunque todos nosotros hayamos tenido en nuestra infancia algún juguete favorito, un primer móvil, ordenador o cualquier otro dispositivo de este tipo que nos encantaba y con el cual disfrutábamos muchísimo pasando los minutos y las horas del día, nada de eso era comparable, ni nos impactó tanto a nivel afectivo, como aquellos momentos en familia que realmente recordamos aun siendo adultos.

Instantes de felicidad: el componente emocional

Esto se debe a que esos instantes que para nosotros tienen un gran componente emocional fueron episodios en los que nuestras necesidades afectivas estaban siendo cubiertas, mientras que, el tiempo que invertíamos jugando con un simple juguete o cualquier otro dispositivo, por mucho que nos llegase a gustar y formara parte de nuestro entretenimiento, simplemente estábamos satisfaciendo la demanda superficial de uno de nuestros deseos. Un deseo que normalmente venía acompañado de una fecha de caducidad y que, una vez satisfecho, dejaba de tener tanto atractivo y nuestra atención se volcaba en anhelar una nueva adquisición ¿te suena verdad?

Últimamente parece que confundimos con demasiada frecuencia y facilidad los deseos y las necesidades reales de los niños y niñas de la sociedad actual. Por supuesto que cualquier niño puede querer tener un móvil, un juguete determinado o la última versión del videojuego de moda. Sin embargo, el hecho de facilitarle cualquiera de estas opciones no implica que por ello estemos cubriendo muchas de sus necesidades, sobre todo, las afectivas.

Pues, ¿qué necesita un niño para tener un buen desarrollo socio-emocional en su infancia? La respuesta a esta cuestión puede resultar muy sencilla y compleja a la vez. Si bien es cierto que hay muchos factores que influyen y debemos de tener en cuenta a este respecto, también lo es el hecho de que todo niño y toda niña necesita 3 ingredientes fundamentales para su crecimiento emocional: tiempo, paciencia y cariño.

Tiempo, paciencia y cariño es la combinación ganadora

Sí, tiempo, paciencia y cariño. Esta es sin duda la combinación ganadora. Esas tres necesidades afectivas básicas que no podemos comprar en el supermercado más cercano ni encargar en Amazon para que en menos de 24 horas nuestros niños las puedan recibir en la puerta de sus casas. Y es que, cuanto menos nos puede resultar curioso que aquello que nace de nosotros mismos y además nos resulta gratuito, sea precisamente lo que tantas veces no podemos ofrecer a nuestros hijos con facilidad.

Cuando confundimos deseos con necesidades y, con toda la buena intención del mundo, intentamos satisfacer todas las demandas de nuestros hijos en este sentido, nos estamos olvidando de que actuando de este modo podemos estar poniendo simplemente un parche temporal que no solo no está cubriendo una necesidad afectiva importante que puede estar siendo desatendida, sino también estamos fomentando en ellos ciertas actitudes como la poca capacidad de esfuerzo, la falta de tolerancia a la frustración o el no apreciar el valor de las cosas, valores que probablemente no tengan un impacto positivo en su desarrollo socio-emocional.

Es una realidad que a cualquier niño del mundo le encanta recibir un juguete nuevo, un videojuego, un dispositivo tecnológico, etc., pero también sabemos que la sensación que muchas veces generan ese tipo de «regalos» es algo tan efímero que en tan solo un par de días queda relegado al cajón o estantería de turno y, a continuación, suele aparecer como por arte de magia un nuevo deseo que satisfacer. Es entonces cuando entramos en una dinámica sin sentido de la que cada vez nos costará más salir.

A pesar de que todo padre y toda madre seguramente está deseando poder ofrecer todo su tiempo, paciencia y cariño a sus hijos, es un hecho que muchas veces la logística familiar y las responsabilidades del día a día nos dificultan la compleja tarea de educar. Es entonces cuando simplificar y volver a la esencia resulta si cabe más necesario para no perder el foco de lo que es realmente importante y desde ahí poder educar en valores y ayudar a nuestros hijos a desarrollar las habilidades que necesitan para su vida.

Por toda esta serie de razones, ahora que se acerca la Navidad, frena y aprovecha la ocasión de poder darle a tus hijos el mejor regalo que se merecen: todo tu tiempo, tu cariño y tu paciencia porque te garantizo que estos serán los regalos que marquen la diferencia en vuestra relación hoy, mañana y siempre.

Dra. Marián Cobelas. Autora del blog La revolución de las mariposas.
Doctora en Lingüística Aplicada, especialista en habilidades socio-comunicativas infantiles. Coach personal certificada por ICC y Educadora de familias en Disciplina Positiva

Te puede interesar:

Los efectos del exceso de regalos en los niños

¡Tiene de todo! El peligro del exceso en los niños

– Paciencia con los hijos: trucos para tener nervios de acero

Otros artículos interesantes