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Educación para los medios: el papel de los padres

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El rápido cambio experimentado en los medios de comunicación y la suma de las nuevas tecnologías han provocado una transformación tan radical del ambiente en el que se crían nuestros hijos que merece la pena preguntarse cuál es el papel de los padres en la educación para los medios..

De hecho, expertos como el profesor Gabriel Galdón, catedrático en la Universidad CEU San Pablo, cree fundamental que se sustancie alguna vía para garantizar una verdadera educación para el consumo de los medios dentro de la familia.

La sobreinformación a la que estamos expuestos, sumada a otros factores como la falta de profundización o la tendencia a idolatrar en exceso la inmediatez, provoca un preocupante auge de la espectacularización en todo tipo de contenidos. Es necesario educar el criterio para conseguir una correcta selección de los mensajes más adecuados.

Pero en este momento, esa educación en criterios razonables no se está llevando a cabo ni en los hogares ni en los centros educativos ni a través de ningún otro agente social. La consecuencia es que la mayoría de los padres no son conscientes del escenario al que se enfrentan y, por tanto, no pueden suministrar pautas de comportamiento válidas a sus hijos.

El papel de los padres en la educación para los medios

Los padres juegan un papel muy importante en la educación para los medios de los hijos y en materia de nuevas tecnologías debemos tener especial cuidado porque es importante transmitir que es necesario ejercer una opinión critica.

1. El equilibrio entre la educación y la autonomía
El manejo de las situaciones en la adolescencia de los hijos no es sencillo. Hace falta mantener un ten con ten entre la necesaria formación en valores que se tiene que seguir dando y el paulatino aumento de cotas de libertad que permiten a los adolescentes completar su proceso madurativo. Estas características se repiten en el uso de los medios audiovisuales.

2. Sólida formación para tener juicio crítico
Los expertos coinciden en que, dentro de la capacidad de elección que hay que facilitarles a los hijos, el mejor remedio contra los contenidos inadecuados es una buena educación en la infancia. Existe la duda de si es bueno «poner puertas al campo», con controles parentales que dificulten el acceso a algunos contenidos en Internet. Con el paso de los años y la experiencia adquirida, parece demostrarse que es poco efectivo utilizar esta vía como la única, puesto que los chicos consiguen Internet en lugares distintos de su casa.

3. Establecer normas básicas
En el consumo de televisión y su vinculación de la familia hay algunos aspectos que tienen que ver con los comportamientos necesarios para garantizar una buena convivencia. Por eso, de la misma manera que en la época de una única televisión, era habitual establecer unas pautas de uso, se debe hacer lo mismo con los dispositivos digitales. De este modo, no solo se evitará que se produzcan situaciones de una problemática dependencia, sino que también se reservarán los espacios necesarios para la vida familiar.

4. El valor del ejemplo
La televisión se ha convertido en uno de los instrumentos de ocio más potentes en nuestra cultura. Como padres, es imprescindible que el mensaje que se lance a los hijos sobre su uso vaya acompañado del mensaje que nosotros consigamos con el ejemplo. No tiene sentido decirles que no pierdan el tiempo frente a la pantalla si son los adultos los primeros que pierden su escaso tiempo disponible sentados en el sofá.

El ejemplo sirve también en positivo para que nuestros hijos vean que en el hogar se hace un consumo responsable y crítico de productos televisivos, que se habla de lo que se ve en las reuniones familiares, se valora lo más adecuado y se emiten juicios sensatos sobre los estrenos, la parrilla o las tendencias.

5. Potenciar planes interesantes
A pesar de que tenemos la imagen del adolescente pegado a la pantalla, lo cierto es que no suele ser su primera opción de ocio. Prefieren otras actividades y recurren a la televisión para «rellenar espacios». Por eso, una buena manera de evitar un consumo excesivo de material audiovisual es que los padres procuren a sus hijos planes alternativos e interesantes. Si se les facilita la práctica de deportes o se organizan actividades en familia con las que se sientan cómodos, dedicarán mucho menos tiempo a las pantallas.

Alicia Gadea

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