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La soledad no deseada, primer factor de riesgo de algunas enfermedades

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La soledad no deseada es una nueva realidad que toma forma en nuestras sociedades, y es un sentimiento que tiene importantes efectos sobre la salud (física y psíquica) y el bienestar, ya que las relaciones sociales son un componente fundamental de la calidad de vida de las personas.

Además, es un problema que va en aumento, debido al envejecimiento de la población, al creciente individualismo, al declive de las redes de apoyo social y familiar, a la crisis de los cuidados y al aumento de la precariedad social y de las desigualdades.

Un 19,5% de las y los españoles vive en soledad. De esas personas, el 59,5% lo hace porque quiere, voluntariamente y el 40,5% lo hace porque no tiene más remedio. Además, 3,3 millones de personas mayores de 18 años (el 7,9% de la población) viven solas porque no tienen más remedio. Hay datos complementarios al respecto, como que 4 millones de personas en España se sienten solas o que más de la mitad de la población española ha experimentado sensación de soledad durante el último año.

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La soledad no deseada es causa de algunas enfermedades

La psiquiatra Marián Rojas-Estapé, autora de libro Cómo hacer que te pasen cosas buenas, asegura que «el estudio más importante que se ha hecho sobre la felicidad es el de Harvard y, durante cien años, han estado registrando los nombres de las personas que han estudiado en esa universidad y de gente procedente de barrios marginales de Boston y se les medían diferentes variables: a nivel analíticas, escáneres, entrevistas con sus mujeres, los hijos, donde veranean, sus ingresos, dónde han trabajado, dónde han estudiado, qué leen… Querían ver cuál era la variable que hacía que una persona envejeciera feliz y tuviera una mejor salud física y psicológica. Los estudios son contundentes: solo hay una variable que encaja en todas partes y es la soledad».

¿Qué significa esto? «Que las relaciones humanas, que la calidad de las relaciones humanas que tenemos en nuestro entorno, marcan nuestra salud física y nuestra salud psicológica. Al ser así, el primer factor de riesgo hoy en día para algunas enfermedades –depresión, alzhéimer– tiene que ver con la soledad. Este estudio lo dirige actualmente Robert Waldinger y él insiste en la calidad de las relaciones», continúa la psiquiatra Marián Rojas-Estapé.

Una persona puede estar rodeada de gente y sentirse sola

Hay una soledad que es positiva, que es una soledad que uno elige voluntariamente para el crecimiento personal. «Pero hay que tener cuidado incluso con esa, -advierte la psiquiatra- porque es una rampa deslizante hacia el vacío y hacia un agujero negro si uno no consigue controlarlo bien».

En la ciudad de Madrid, según el estudio realizado por el organismo autónomo Madrid Salud, principal desarrollador de los programas contra la soledad no deseada en la ciudad de Madrid, el 9,3% de las personas mayores de 18 años se han sentido solos/as en el último año, lo que significa que cerca de 240.000 personas estarían experimentando una situación de soledad no deseada. También destaca que el riesgo de sentirse solo/a con frecuencia es mayor entre las mujeres, en las personas mayores de 65 años, en las de nacionalidad extranjera, en las personas que no tienen pareja o bien están viudas o separadas, y entre las personas que viven solas.

En este sentido, Marián Rojas-Estapé apunta que «hoy en día la soledad se ha convertido en un tema tan dramático y tan preocupante que Japón, teóricamente el país que lidera al mundo en muchos aspectos, presenta muchos ciudadanos ancianos que están delinquiendo -hurtos pequeños- para ir a la cárcel porque allí están acompañados. Comen en comedores enormes, hay otras personas, hablan, conocen gente con vidas peculiares y se sienten acompañados. Muchas de las políticas que hoy se están desarrollando deberían ir encaminadas a que la gente, cuando se jubila, cuando se queda viuda, en familias en las que no hay hijos, se siente muy sola y, de golpe, empieza a enfermar de forma mucho más rápida».

Considerando su posición socioeconómica, la soledad está más presente entre las personas que se encuentran en una situación más vulnerable: personas desempleadas, pensionistas, con bajos ingresos y bajo nivel de estudios. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la soledad no es sinónimo de vivir solo/a al observarse un porcentaje elevado de personas que, aun viviendo en compañía, se sienten solas.

Marisol Nuevo Espín

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