Una persona que es incapaz de ver sus virtudes y talentos, que los demás si ven y que son la causa de su aprecio, le resulta muy dificil confiar en sí misma, sentir seguridad y ser optimista en sus proyectos y objetivos vitales. Para evitar esa distorsión negativa de la realidad personal, el psiquiatra Fernado Sarráis, autor del libro El Diálogo, explica que «conviene dialogar frecuentemente con uno mismo, sin prejuicios y sin temor de ver y aceptar la propia realidad».
Generalmente, «el autoengaño suele ser consecuencia de haber engañado a los demás con anterioridad. Así pues, hay dos antídotos para evitar mentir: aprender a sufrir con buen humor, para ser valiente y no temer sufrir por la verdad, y tener un firme proyecto de persona interior buena y verdadera, que hará que muchas personas nos quieran y, como consecuencia de ese cariño, seremos felices. Además, siendo buenos y auténticos (sinceros) la autoestima aumenta y es más fácil querernos a nosotros mismos y vivir con paz interior», explica Fernando Sarráis, autor del libro El Diálogo.
Mentimos cuando tenemos miedo a sufrir y tratamos de evitar ese sufrimiento con una mentira. En esas ocasiones, no actuamos según la razón y la voluntad, que siempre quieren el bien, y, por tanto, la verdad y la sinceridad. Es preciso entrenar la voluntad para que controle la afectividad y no permita que el miedo nos impulse a mentir a los demás y a nosotros mismos.
¿Qué tiene prioridad la cabeza o el corazón?
Hay dos cualidades específicas del ser humano: la razón y la libertad (que es una cualidad de la voluntad). El psiquiatra Fernando Sarráis explica que «estas dos cualidades son consideradas propias de la cabeza, que ha de dirigir la vida interior y la conducta de toda persona para acertar en el modo de vivir lo más feliz posible en esta vida. El corazón se considera sinónimo de la afectividad, que busca sentirse bien o dejar de sentirse mal en el momento presente, aunque para ello impulse a actuar en contra de la razón».
Así se consigue sentirse bien a corto plazo, pero se es infeliz a medio y largo plazo. Entonces, ¿qué tiene prioridad, la cabeza o el corazón? El autor del libro El Diálogo afirma que «en el ser humano lo prioritario es la cabeza. Y, como el objetivo prioritario de la cabeza es la felicidad de la persona entera, debe luchar cada día por lograr una armonía jerárquica entre la cabeza (razón y voluntad) y el corazón (afectividad), pues los conflictos y divisiones interiores producen angustia y debilidad, y causan enfermedades mentales y dificultan alcanzar la felicidad».
No obstante, el camino para conseguir este reto no es fácil. «Para lograr con éxito ese objetivo necesita buenos modelos en su entorno y un estímulo continuo por parte de los educadores. Alcanzar ese equilibrio o armonía entre cabeza y corazón es ser psicológicamente maduro», asegura Fernando Sarráis.
Psicología positiva: evita autoengañarte
La psicología positiva tiene como objetivo promover la adquisición y desarrollo de los aspectos y cualidades positivas del ser humano, para ayudarle a ser feliz y hacer feliz a los demás. Por eso está dando un impulso al estudio de la creatividad, la autonomía, la empatía, el altruismo, la resiliencia, la asertividad, etc.
«Esta rama de la psicología está ayudando a resaltar el aspecto interior de la personalidad en la educación familiar y escolar, para conseguir personas maduras y felices. De esta forma se contrapesa el gran interés que en la sociedad actual tiene la preocupación por lograr un cuerpo ideal», concluye Sarráis
Marisol Nuevo Espín
Para saber más:
El Diálogo, de Fernando Sarráis. Ediciones Teconté.
Lee aquí el primer capítulo de El Diálogo
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