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El diálogo en familia: cómo crear un clima de confianza

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Cuando una familia se siente a gusto, cuando elegimos volver a casa para sentir el calor y el cariño de nuestros seres queridos, cuando estás deseando contarles lo bueno y lo malo que te ha sucedido para compartir alegrías y buscar la comprensión de los que te entienden… es que hay algo que funciona. Pero, ¿qué es? Este es el secreto que nos revela el psiquiatra Fernando Sarráis en su libro El Diálogo.

El ambiente ideal en toda relación entre personas es el ambiente positivo, que depende de la afectividad positiva, es decir, de que las personas que se relacionan tengan emociones y sentimientos positivos. Los afectos positivos fundamentales son la paz (calma, tranquilidad, sosiego) y la alegría (el buen humor) y son los que deben imperar en casa para que exista el diálogo entre todos los miembros de la familia entre sí, padres e hijos.

Esto es lo que nos cuenta el autor Fernando Sarráis en su libro El Diálogo, de Ediciones Teconté, quien asegura que «los afectos positivos surgen y se mantienen en un contexto de amor, dado y recibido. Los afectos negativos surgen cuando las personas sufren. Las personas que se aman se esfuerzan por hacer sentirse bien a los demás, que se concreta en el respeto a lo que dicen, en una escucha interesada; en el ejercicio de la sinceridad, lealtad, prudencia; y en el respeto a la libertad de los demás, que se manifiesta en evitar manipular, someter o convencer a la fuerza de las propias opiniones».

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La confianza en la comunicación de pareja

Los padres son la pieza angular de la familia y su buena relación influye de manera determinante en el bienestar de los hijos. Pero, ¿cuál es la clave para mantener a lo largo del tiempo en una relación de pareja la confianza? «Mantener el amor de los comienzos, es decir, seguir siendo novios toda la vida. Dialogar y tratar al otro como cuando se era novio y todo iba bien. Y en relación con ese amor inicial, mantener la admiración y el respeto», asegura Fernando Sarráis.

Cuando se pierde la admiración y el respeto es más fácil maltratar a los demás y hacerles sufrir, con el riesgo de apagar su amor. «Como la admiración y el amor surgen ante lo bueno y lo valioso, para mantener el amor de los comienzos hay que mirar a los demás por la parte bonita, es decir, contemplar las cosas buenas de los seres queridos, evitando obsesionarse con sus defectos. También conviene que cada uno luche por mantener y mejorar las características positivas personales, y adquirir otras, para facilitar al otro que nos admire y ame», asegura el autor Fernando Sarráis.

La confianza y el respeto mutuo son la clave de toda relación y en el caso de la pareja todavía es más importante porque interviene el amor. «Cuando dos personas se aman, surge en ellas la confianza mutua, pues no se teme sufrir daño por parte del otro. Por lo tanto, esa confianza, y el amor en el que se apoya, van disminuyendo con la frecuencia e intensidad con que se da el daño mutuo.La confianza no supone decir o mostrar las cosas negativas, que van a hacer sufrir al otro, que nos quiere y puede inducirle a cortar con la comunicación; sino lo positivo, que hace sentir bien al otro y le predispone a seguir interesándose por la comunicación. Esta comunicación selectiva supone poseer la virtud de la prudencia, que lleva a pensar lo que conviene contar antes de hablar», concluye el autor del libro El Diálogo.

Cómo conseguir que los hijos nos cuenten sus cosas

Crear esa confianza en los hijos para que nos cuenten sus cosas es un reto para los padres. «Si hubiese que decir una sola condición, diría que «el respeto». Es verdad que el respeto deriva de la admiración y ésta tiene relación con el amor. Cuando se respeta a alguien se le trata bien, se le escucha y se aceptan sus ideas, ilusiones y decisiones. De esta manera se inspira confianza en los hijos, pues la confianza no se puede imponer», advierte Sarráis.

Cuando no se respeta a una persona, cuesta mucho vivir todo lo anterior, y es frecuente que se instrumentalice a la otra persona para el propio bienestar. «Otras dos condiciones que ayudan a desarrollar la confianza son la sinceridad y la lealtad -continúa Fernando Sarráis». Nadie se fía de los mentirosos y ni de los traidores, que no son leales y traicionan la confianza contando lo que les han contado en confidencia o usándolo para hacer daño cuando surgen los conflictos.

Claves de una buena comunicación en familia

En la actualidad, coexisten diferentes modelos de familia, y en todas ellas el denominador común que debería tener la comunicación con los hijos debería ser el saber darse a conocer mutuamente. Sarráis explica que «debemos dar a conocer nuestro mundo interior, no solo dar una información de aspectos periféricos o superficiales. Ideas, sentimientos, ilusiones, deseos, anhelos, amores… Así pues, en el diálogo se debe hablar con sinceridad de cómo estamos por dentro, sobre todo de los aspectos positivos para hacer que se sientan bien los que escuchan. Así, evitaremos ser aburridos, monótonos, quejicas, nostálgicos, amargados; y los demás querrán escucharnos y estar con nosotros».

Otro aspecto importante para sembrar un clima de buena comunicación es dar siempre prioridad al otro. «Esto supone interés verdadero por el otro, que es más fácil si se le quiere y respeta. La comunicación egocéntrica, egoísta, narcisista es insufrible y está condenada a morir», concluye Fernando Sarráis.

Marisol Nuevo Espín

El Diálogo, de Fernando Sarráis

Para saber más:
El Diálogo, de Fernando Sarráis. Ediciones Teconté.
Lee aquí el primer capítulo de El Diálogo

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