Las habilidades matemáticas, el desarrollo cognitivo, la confianza, las habilidades lingüísticas, la memoria, la atención, la autonomía, la creatividad, la flexibilidad emocional y la empatía convergen en las personas que conviven con experiencias musicales desde su infancia.
La música es la asignatura pendiente dentro del sistema educativo español, es una de las conclusiones que se han puesto en común entre los expertos en educación y ciencia sobre la música, el lenguaje y el desarrollo del cerebro tras la conferencia ofrecida por el Dr. John R. Iversen durante la VII edición del Language Education Forum organizada por Trinity College London.
«Ya existe prueba científica de que la música efectivamente influye en el desarrollo de ciertas habilidades en los niños, y esperamos que cada vez más escuelas apuesten por su implementación con grandes programas de música, no solo para mejorar el aprendizaje sino para favorecer el crecimiento emocional de los más jóvenes», ha explicado Iversen.
Principales beneficios que genera la música en el cerebro
Algunos de los principales beneficios que la música genera en el cerebro, especialmente el de los niños, son la liberación de dopamina en el cerebro, la creación de estímulos que encienden el circuito cerebral subcortical del sistema límbico, la activación de los estímulos emocionales, la mejora del funcionamiento cognitivo y el aprendizaje, así como la integración sensorial, el desarrollo en las habilidades individuales, sociales y cooperativas, el aumento de la creatividad y de la autoestima, entre otros.
«La música potencia habilidades cognitivas y desarrolla el cerebro de los niños desde su más tierna infancia», asegura John R. Iversen, neurocientífico de la UCSD, tras su investigación con el estudio Symphony, que ha seguido la evolución de 200 niños de la escuela primaria durante cinco años, midiendo profundamente la estructura del cerebro y las habilidades cognitivas emergentes.
La música influye en las curvas de crecimiento del cerebro
El objetivo del proyecto ha sido desarrollar las primeras «curvas de crecimiento» para el cerebro, que en última instancia podrían apoyar la educación personalizada desde el desarrollo cerebral individual. El neurocientífico John R. Iversen prevé un futuro en el que la educación de una persona se base en el desarrollo cerebral para ayudar a cada persona a alcanzar su máximo potencial individual.
A través de esta tecnología, los resultados del estudio Symphony confirman que la música ‘toca’, activa y desactiva el cerebro. Sucede, por ejemplo, cuando la música evoca recuerdos. Esto puede mostrar exactamente qué áreas del cerebro son estimuladas por la música. «Hemos utilizado la música como una herramienta para ayudar a comprender e influir en el cerebro», matiza John R. Iversen.
Los datos científicos del estudio Symphony también examinan las correlaciones entre estudiantes de música y su mejora en la percepción del ritmo y en las pruebas de lenguaje. Gracias al proyecto Symphony ha podido profundizar más sobre cómo los humanos perciben el mundo, cómo crean una visión rica y detallada del mundo a partir de ciertos estímulos sensoriales y el impacto de la formación musical en el desarrollo cerebral y conductual.
Según John R. Iversen, en el futuro los niños irán al médico y recibirán sus medidas de altura y peso y en su tabla de crecimiento también se incluirán las medidas de crecimiento cerebral. «Las tecnologías de mapeo neurológico ya pueden mostrarnos mediciones del crecimiento promedio en ciertas áreas del cerebro. Así que los niños verán cómo ciertas áreas de su desarrollo cerebral se comparan con el promedio de su edad, y qué áreas necesitan más estimulación», afirma Iversen.
Marisol Nuevo Espin
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