Enseñar a comer a los más pequeños es una misión que debe asumir todo padre. Una vez más cabe recordar el viejo refrán «somos lo que comemos«. Cuidar lo que se pone en la mesa es muy importante ya que ayudará a prevenir distintos problemas como por ejemplo la obesidad o la diabetes. Uno de los problemas en este punto es el rechazo que genera el sabor de las verduras en los más pequeños.
La construcción social hace que el paladar de los hijos reconozca como más sabrosa una onza de chocolate que un hervido de verduras. Reeducar este sentido en los más pequeños es importante para hacer atractivos estos alimentos. Desde el Hospital de Sant Joan de Déu ofrecen varios consejos para este fin.
Cómo aprender a reeducar el paladar de tus hijos
¿Cómo reeducar el paladar de los más pequeños? Estos son algunos consejos para esta meta:
– Disminuir, de forma progresiva, la cantidad de azúcar extra como por ejemplo la que se añade a los yogures, leche, etc.
– Añadir fruta fresca o fruta desecada a los yogures y otras preparaciones para darle un toque dulce. De esta forma, también, se favorecerá el consumo de fruta.
– Reducir de manera progresiva el consumo de aquellos alimentos que no son recomendados por su nivel de azúcar y grasa: zumos, bollería, chocolatinas, postres lácteos industriales, etc. e ir cambiándolos, poco a poco, por otras opciones más saludables como fruta entera, chocolate negro (mínimo 70% de cacao), bocadillos con pan integral, frutos secos, yogur natural, etc.
– Combinar alimentos que no les gustan con otros que acepten mejor. De esta forma, conseguiremos que poco a poco vayan incorporando aquellos alimentos que son más conflictivos. Por ejemplo: preparar brochetas de fruta con un poco de chocolate negro.
– Ofrecer en momentos especiales preparaciones saludables, que además sean apetecibles. La tónica de «un día en un día» termina por extenderse a otras jornadas. Asegurarse de que incluso en estos días hay un alimento saludable ayudará a no cambiar la rutina.
Damián Montero
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