Divertirse es una actividad que puede tomar muchas formas. Desde un agradable paseo en familia, amenizado con una charla, hasta una sesión en el cine. Con el paso del tiempo las nuevas tecnologías han traído otras fórmulas que ocupan este tiempo muerto como los videojuegos. Mucho se ha hablado sobre su influencia en los niños y los posibles beneficios, o efectos negativos que pueden tener en su desarrollo.
Ahora, un estudio elaborado por la Universidad de Oxford se enfoca no en el efecto que tiene el contenido de los videojuegos en el desarrollo del niño, sino en el tiempo que los más pequeños dedican al ocio digital. Una nueva perspectiva en la que se ha determinado que la inversión de horas destinadas a estos artículos influye más en la personalidad de los menores que, por ejemplo, la exposición a imágenes violentas.
Influencia negativa
Un total de 200 menores británicos de entre 12 y 13 años conformaron la muestra de esta investigación. Por un lado, los investigadores acudieron al centro educativo de estos preadolescentes para entrevistar a los profesores y conocer de primera mano aspectos como sus resultados académicos, sus comportamientos en clase y su trato con el resto de compañeros.
Todos estos datos se compararon con un cuestionario que los alumnos contestaron sobre su uso de videojuegos. Cuánto tiempo dedicaban a estas actividades y qué tipo de títulos utilizaban. Aunque a menudo se suele relacionar el contenido de estos productos con la influencia en la personalidad de los menores, es decir un juego con imágenes violentas dará lugar a comportamientos violentos, en esta ocasión se encontró otro tipo de causalidad.
Los resultados de este análisis mostraron cómo el tiempo dedicado a los videojuegos ejercía una mayor influencia en la personalidad de los estudiantes. Aquellos encuestados que revelaron jugar tres, o más horas al día, presentaron peores resultados académicos y un peor comportamiento dentro del aula. Por el contrario, los mejores resultados lo mantuvieron aquellos que hacían uso de estas tecnologías menos de una hora.
Por otro lado, Andrew Przybylski, también indica que el tiempo dedicado a los videojuegos tan solo es un factor más que influye en el comportamiento de los niños. Muchos otros elementos también tienen eco en este desarrollo, aunque eso sí, matiza que es muy importante encontrar el equilibro entre las horas de diversión de ocio electrónico y las obligaciones escolares y domésticas.
Buen uso de los videojuegos
Los videojuegos se han convertido en un elemento común en muchos hogares. Al igual que ocurre con todas las tecnologías aprender a utilizarlos de forma correcta es el primer paso para poder evitar problemas derivados de ellos. Desde el Instituto Nacional de Tecnologías de la Comunicación, INTECO, se ofrecen los siguientes consejos para este fin:
– Informarse. ¿Un videojuego es apropiado para la edad y características del niño? Buscar información sobre el mismo, preguntar a los vendedores e interesarse por este material es imprescindible.
– La videoconsola, en el salón. El lugar de la videoconsola debe ser un espacio común como el salón de casa. De esta forma los mayores podrán controlar el tiempo de uso, el contenido del videojuego y acompañar a sus hijos durante esta actividad.
– Concienciar sobre la privacidad. Internet y videojuegos se dan la mano creando espacios online donde se comparten partidas en línea. Al igual que en otros espacios de este mundo en red, compartir información con desconocidos es una mala idea y conservar la privacidad ha de ser el objetivo.
– Conocer las herramientas de filtros. Muchas videoconsolas ofrecen a los padres la oportunidad de instalar sistemas de control parental que facilitan a los adultos vigilar a distancia el uso de estos dispositivos e imponer límites al acceso a determinados materiales.
Damián Montero
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