Cada vez es más común oír hablar de probióticos, prebióticos y simbióticos en las consultas de pediatras y nutricionistas, así como de sus beneficios para la salud y nutrición humana. Pero, realmente ¿sabemos qué son, por qué son tan beneficiosos para la salud y en qué alimentos podemos encontrarlos?
En este sentido, tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), ante la creciente aparición de estudios científicos sobre el beneficioso papel de los probióticos, prebióticos y simbióticos en las funciones inmunitaria, digestiva y respiratoria, han decidido avalar los beneficios de éstos para la salud. Y sin embargo, según un reciente estudio realizado por Danone Nutricia Early Life Nutrition, el 65% de los españoles reconoce no saber qué son los probióticos, prebióticos y simbióticos.
¿Qué son los probióticos, prebióticos y simbióticos?
Los probióticos, prebióticos y simbióticos apoyan, en general, al equilibrio sano de la flora intestinal, mejoran algunos problemas gastrointestinales y ayudan a mejorar el sistema inmune de niños y adultos.
No obstante, el 57% de los padres y madres españoles no sabe qué son realmente los probióticos. Estos son microorganismos vivos que se encuentran en algunos alimentos y que cuando se administran en cantidades adecuadas reportan numerosos beneficios para la salud presente y futura del bebé.
Los probióticos no están solo en los lácteos
Existen muchos alimentos con probióticos, sobre todo en productos lácteos, como el yogur o el kéfir, pero también están presentes en el chucrut y en el chocolate negro. No obstante, también se pueden aportar probióticos a los bebés través de medicamentos y fórmulas pediátricas, y a los adultos en complementos alimenticios.
Los prebióticos no son digeribles
Los prebióticos son aún más desconocidos. Como revela la encuesta casi el 60% reconoce no saber qué son exactamente y el 63% de los encuestados no sabe la diferencia que hay entre éstos y los probióticos.
Los prebióticos son sustancias no digeribles de los alimentos que promueven el crecimiento y la actividad de bacterias beneficiosas para el intestino. De este modo, se diferencian de los probióticos en que éstos son bacterias vivas, mientras que los prebióticos son sustancias sin vida que favorecen el crecimiento de estas bacterias a base de aportarles diferentes sustratos.
Los prebióticos se encuentran, principalmente, en alimentos de origen vegetal, como el ajo, la cebolla o las alcachofas entre otros, y en la leche materna. Pero también, y al igual que en el caso de los probióticos, también se pueden aportar a través de leches de fórmula pediátricas, complementos alimenticios o medicamentos; una práctica clínica que cada vez es más habitual.
Los simbióticos combinan probióticos y simbióticos
Los simbióticos son los grandes desconocidos, ya que el 79% de los españoles afirman no saber qué son. Los simbióticos son alimentos funcionales que combinan probióticos y prebióticos. Una fuente de alimento simbiótico en la naturaleza es la leche materna, por lo que tiene un papel muy importante sobre la colonización de flora intestinal saludable del tubo digestivo del recién nacido.
Beneficios para la salud de probióticos, prebióticos y simbióticos
Los probióticos, prebióticos y simbióticos tienen un papel muy beneficioso directamente ligado con la microbiota intestinal o flora intestinal, es decir, sobre el conjunto de microorganismos que viven de manera normal en las distintas partes de nuestro cuerpo, especialmente en nuestro intestino delgado.
La flora intestinal es responsable de funciones importantes, como la producción de factores de crecimiento y vitaminas (como Vitamina K, esencial para la coagulación, y algunas vitaminas del Grupo B), así como para la estimulación del sistema inmunológico o el efecto barrera frente a gérmenes patógenos, entre otros. Por tanto, es fundamental contar con una flora intestinal o microbiota sana y equilibrada y los probióticos, prebióticos y simbióticos ayudan a ello.
La flora intestinal comienza a formarse en el canal del parto, cuando el bebé entra en contacto con millones de bacterias maternas que comienzan a colonizar el intestino. A partir de aquí y durante la lactancia hasta los dos años de edad aproximadamente, su flora intestinal seguirá formándose y diversificándose hasta estabilizarse.
Por tanto, un correcto desarrollo de la flora intestinal es fundamental en los más pequeños, principalmente por la estrecha relación existente entre la microbiota y el desarrollo del sistema inmune. «Una correcta alimentación a través de leche materna, o en el caso de que no sea posible, a través de fórmulas pediátricas con probióticos, prebióticos o simbióticos, es fundamental, sobre todo durante los primeros 1000 días de vida, incluidos los 9 meses de gestación, que determinan de forma importante la salud futura del bebé», comenta la Dra. Mónica Rodríguez Sangrador, Manager Iberia de Danone Nutricia Early Life Nutrition.
Marisol Nuevo Espín
Asesoramiento: la Dra. Mónica Rodríguez Sangrador, Healthcare Nutrition Science Manager Iberia de Danone Nutricia Early Life Nutrition
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