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Cómo enseñar a gestionar el miedo durante las tormentas

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Cómo evitar el miedo a las tormentas.

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El miedo es una de las peores sensaciones que afectan a las personas. Son muchos los orígenes que puede desencadenar en este estado, desde el fuego, pasando por personas con aspecto extraño hasta fenómenos meteorológicos. En este último campo se ubican las tormentas, que con sus rayos y truenos pueden hacer que los más pequeños de la casa se vean alterados.

Aprender a gestionar los miedos es un gran paso de cara a la autonomía y a la madurez en todas las personas. Además, enseñar a los más pequeños a manejarse en estas situaciones también ayudara a que los niños puedan quedarse a solas incluso aunque estos fenómenos meteorológicos se den en la calle. Para ello, desde la Fundación Nemours se ofrecen varios consejos en tres pasos para conseguir apaciguar estas sensaciones.

Qué está pasando

El primer paso para conseguir calmar el miedo a las tormentas es que el niño comprenda qué es lo que está pasando. Al igual que los días soleados, estos fenómenos forman parte de la naturaleza y suceden cuando se dan determinadas circunstancias meteorológicas. Aunque en algunas series o películas se relacionen con eventos malos o terroríficos.

Los padres deben hacer ver que esta relación es fruto de la ficción y que no sucede en la realidad. Lo único que sucede cuando hay tormentas es que el cielo se llena de rayos y que a estos los acompañan el característico sonido de los truenos. Lo ideal es acudir a alguna biblioteca para ofrecer información sobre los orígenes científicos de este fenómeno meteorológico.

Una vez que el niño ha comprendido que la tormenta forma parte del catálogo de fenómenos meteorológicos, el siguiente paso es que el pequeño comprenda que están a salvo por mucho alboroto que se forme fuera con los rayos y los truenos. Estar en un lugar techado evitará que los efectos negativos de estas situaciones afecten.

Calma y espera

Con toda esta información, los padres deben preguntar a sus hijos si siguen preocupados por lo que sucede fuera. El objetivo es que sean los pequeños quienes razonen ante con toda la información que poseen y puedan calmarse dentro de sus casas al comprender que nada malo puede pasar. Al ver cómo evoluciona la tormenta y que por muy violentos que puedan parecer los truenos, ellos están a salvo.

Hay situaciones en las que es posible que el pánico aparezca como por ejemplo que la luz se vaya como consecuencia de esta situación. En estos momentos los padres deben predicar con el ejemplo y no perder la calma, haciendo ver a los más pequeños que en cuanto se resuelva el problema que ha ocasionado esta situación, el suministro eléctrico regresará y todo continuará de forma normal.

Por último, los padres deben seguir con estas lecciones una vez que el sol haya reaparecido haciendo ver que por muy violenta que haya parecido la tormenta, al final este será el resultado.

Damián Montero

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