Cuando hay un fumador en casa no solo él sufre los efectos de los cigarrillos. El humo que genera hace que el resto de personas dentro del hogar también sean el centro de las consecuencias de estos artículos tan nocivos. Nadie se escapa de padecer estas secuelas de este producto, que no son pocas.
Desde los más pequeños, hasta los adolescentes. Todos los que acompañan a un fumador terminan por sentir las consecuencias de estos cigarrillos. De hecho, tal y como señalan desde la Academia Americana de Pediatría, los jóvenes que conviven con una persona que consume tabaco, presentan un mayor número de visitas a urgencias en comparación con aquellos que no tienen cerca estos humos.
Más humo, más visitas a urgencias
¿Cómo influye el tabaquismo pasivo en los adolescentes? Para responder a esta pregunta el equipo de este estudio recogió los datos de 7.389 jóvenes no fumadores y que no tenían un diagnóstico de asma. Todos ellos debían convivir con al menos un consumidor de cigarrillos, ya fuera un familiar o una persona del entorno como un compañero de clase o un usuario de una zona frecuentada.
El requisito era que los más pequeños al menos pasasen una hora o más junto a un fumador en los siete días previos a las pruebas realizadas en esta investigación. Dentro de este grupo se dividieron en tres las distintas exposiciones al humo que habían tenido los participantes: convivir con un fumador, pasar tiempo junto a uno de ellos o una exposición breve.
Los resultados demostraron que la simple exposición al humo del tabaco, en todas sus formas, bastaba para que las visitas a urgencias fueran más habituales. También, estos jóvenes presentaban en mayor medida problemas en su respiración tales como sibilancias (pitidos) durante la realización de ejercicios o tos seca durante la noche. Por último, los estudiantes que eran fumadores pasivos presentaban una mayor posibilidad de no asistir a la escuela por problemas respiratorios.
Evitar el tabaquismo pasivo
Evitar el tabaquismo pasivo es una misión que concierne a toda la familia y que se puede conseguir con distintos cambios en el día a día de la familia. Estos son algunos consejos para prevenir el humo en los espacios en donde se convive:
– Nunca fumar dentro de su casa. Siempre es preferible salir de casa o a alguna terraza, o utilizar los cigarrillos en una ventana.
– Informar a los invitados de que en casa no se fuma e indicarles un lugar para utilizar los cigarrillos.
– Nunca fumar en un coche donde viajan niños. Fumar en un vehículo incluso una vez puede llenar los asientos y otras partes del coche con toxinas, incluso si las ventanas están abiertas.
– Recordar a los pasajeros que no se puede fumar en su automóvil.
Damián Montero
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