Mucho tiempo libre hay en verano y muchas son las opciones con las que se puede rellenar. Entre todas las actividades a realizar la lectura se presenta como uno de los mejores aliados contra el aburrimiento estival y asegura un compañero que puede seguir a los niños en todos sus viajes, desde desplazamientos al extranjero o jornadas en la playa y piscina.
Aunque sea un hábito muy recomendado, lo cierto es que hay que establecer la lectura pase a ser una rutina en el día a día de los más pequeños de la casa. El verano se presenta como una época excelente para que los hijos se enamoren de estos amigos de papel y tras estas vacaciones tengan esta costumbre en su día a día.
Ejemplo y constancia
¿Ninguna idea de cómo hacer que los niños se enamoren de los libros? Desde la Fundación Jaime Alonso Abruña y la Academia Jaime Alonso brindan 6 consejos para seguir fomentando el interés de los más peuqeños por la lectura de una forma sencilla y divertida:
– Dar ejemplo. Los niños suelen imitar lo que los adultos hacen, así que si ven a los mayores leyendo, en algún momento harán lo mismo. También es importante que se realicen lecturas tanto individuales como en conjunto, ya que este último permite hablar sobre lo leído, conocer sus opiniones y crear un vínculo importante entre los padres y los niños.
– Tener un libro siempre a mano. Como el verano tiene tiempos muertos o momentos sin mucho que hacer, nunca sobre tener un libro para ofrecerles. Debe ser uno que a ellos les guste mucho y que haya sido elegido por ellos previamente. Se pueden utilizar mientras se espera sitio en un restaurante, antes de que tomen la siesta o luego de ver su programa favorito en la televisión.
– Llevar libros temáticos. ¿La familia va a la playa, prefiere ir de campamento? Llevar, por ejemplo, un libro donde se hable de osos, montañas, ríos y fogatas permitirá que los niños se sientan más involucrados e identificados con lo que leen. Esto los motivará y aumentará su interés en la lectura. Además se podrá incentivar a que dibujen su parte favorita de esta aventura y que os la describan. Todo esto para mantener la imaginación y la creatividad activa.
– Incentivar el aprendizaje de palabras nuevas. Usar pegatinas en diferentes objetivos y lugares de la casa con sus respectivos nombres permite no solo mejorar su léxico sino su ortografía. Además, una buena idea es ir explicándoles su significado y la forma en cómo se utiliza. Es importante que no se imponga un número específico de palabras que deben memorizar ni un tiempo limitado, dejarlos ir a su ritmo es lo recomendado para que la actividad de verdad sea productiva.
– Leer en voz alta. Dejar que los pequeños lean en voz alta, le dará la posibilidad de mejorar sus destrezas lectoras. No tienen que ser necesariamente libros enteros, pueden ser secciones de algún periódico, una revista o una carta. Esto mejorará su atención, su pensamiento crítico, creativo y aumentará su curiosidad.
– Dejar que exploren los libros. Cuando se está tratando de mantener un hábito entre los pequeños es importante que cada uno vaya a su ritmo. Que además de elegir el libro de preferencia, puedan explorar a su gusto y de manera desorganizada su contenido. Darles su espacio y permitirles curiosear aquellos aspectos que les llaman la atención puede ser un buen inicio para que este hábito se convierta en rutina.
Damián Montero
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