Poco a poco el verano va acabando, pero no es lo único que concluye. El cierre también espera a las vacaciones que han disfrutado toda la familia, en mayor o menor media. Con este fin se retoman varias costumbres que se han dejado de lado en el periodo estival, como por ejemplo hábitos alimenticios que aseguraban una buena línea y un excelente estado de forma.
Arrancar y cambiar la dieta tras un verano en donde, en mayor o menor medida, ha habido excesos puede parecer difícil si se hace de la noche a la mañana. Por ello, es mejor comenzar a introducir pequeños cambios antes de que concluyan las vacaciones para que de esta manera todos en casa encaren el final de este periodo de cambio cambiando algunas rutinas poco recomendadas para un buen estado de forma.
Legumbres, frutas y verduras para después del verano
Durante el verano las visitas al chiringuito, las paradas en establecimientos de comida rápida durante los viajes y otros hábitos dejan de lado la presencia de legumbres, frutas y verduras en la dieta habitual. Sin embargo, estos alimentos son imprescindibles en la dieta de toda persona y su presencia en el menú habitual tiene que estar asegurada.
Tal y como indica la Confederación de Consumidores y Usuarios, frutas y verduras son alimentos ricos en agua, carbohidratos, minerales y vitaminas. También presentan una gran cantidad de antioxidantes y fibra, lo que las hace indispensables en una dieta equilibrada y variada. Lo recomendable es asegurar al menos 5 piezas de este grupo al día.
Por su parte, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura indica los beneficios de las legumbres en la dieta de toda persona. Se tratan de una fuerte de carbohidratos completos y proteínas, así como vitamina B. En este caso la familia puede sentir algo de pereza a la hora de apostar por este producto por el tiempo que lleva cocinarlas, sin embargo su introducción ayudará a regular la flora intestinal gracias a la cantidad de fibra que contienen.
Ejercicio y agua
Ninguna dieta es realmente efectiva si no incluye una dosis de ejercicio de forma regular. Salir a caminar en familia, rutas en bicicleta o algo tan sencillo como bajar a jugar al parque servirá para mantenerse en forma. Poco a poco, en especial al regresar a casa, los miembros del hogar deben empezar a apostar por este estilo de vida con un mayor movimiento en lugar del sedentarismo.
Y tras una buena sesión de ejercicio, la hidratación es muy importante. En este sentido, el agua debe ser el sustitutivo de otros líquidos. En especial, las bebidas azucaradas deben ser eliminadas del menú habitual de los más pequeños y por supuesto quedar restringidas durante la noche.
Por supuesto, la comida rápida, las chucherías y otros alimentos con altas dosis de azúcar deben quedar restringidos en la medida de lo posible. En su lugar deben adaptarse otros alimentos sustitutivos como por ejemplo trozos de fruta que se entreguen en la merienda o a forma de tentempié entre horas.
Damián Montero
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