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Síndrome del niño rico, cuando la opulencia cambia a los hijos

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¿Cómo Es El Niño Con El Síndrome Del Niño Rico?

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El desarrollo de un niño no es un camino de rosas. En ocasiones surgen distintos problemas que afectan su crecimiento, pequeñas piedras que hacen que por ejemplo presenten un mal comportamiento. Es el caso del síndrome del niño rico, resultado de un estilo de crianza en el que los padres conceden todo a sus hijos y estos no entienden una negativa a sus exigencias.

Un estilo de crianza marcado por la opulencia y que termina por cambiar a los más pequeños y los transforma en personas ansiosas, deseosas de conseguir todo aquello que se les antoja, y con una mejor tolerancia ante la frustración. Situación que incluso puede desembocar en depresión.

Características de estos niños

Aunque pueda confundirse con un niño caprichoso, los menores que presentan los rasgos de este síndrome tienen unas características específicas. Tal y como indica el estudio Children of the Affluent. Challenges to Well-Being, éstas son las claves para entender a estos menores:

– Quieren ser el centro de atención. En cualquier momento estos niños quieren ser el centro de atención, no soportan que otra persona y otro asunto ocupen las miradas de los adultos.

– Constante insatisfacción. Cuando estos niños no reciben la atención que creen merecer, aparece una sensación de insatisfacción.

– No saben enfrentarse a los retos de la vida. Ante la sensación de no estar satisfecho los más pequeños no saben responder a ciertas inseguridades.

A la larga, los menores con el síndrome del niño rico se terminan transformando en un adulto inseguro y con incapacidad para hacer frente a los reveses que debe afrontar. Un ejemplo es aquella persona que ante un problema en el hogar, se bloquea y es incapaz de solucionarlo o de siquiera sentarse a pensar cómo arreglar este contexto.

Enseñar a manejar la frustración

Como se ha dicho, uno de los principales problemas en los niños con este problema es la no tolerancia a la frustración. Estos son algunos de los consejos que se ofrecen desde el Hospital Sant Joan de Déu:

– Predicar con el ejemplo. La actitud de los padres ante los reveses de la vida tiene que servir como ejemplo para los hijos, una pequeña guía sobre cómo encarar estas situaciones en el día a día.

– Conocer el origen de la frustración. El niño debe conocer el origen de la frustración y poner remedio a esta base en lugar de simplemente quedarse esperando a que la situación pase por ella misma.

– Ofrecer ayuda, no solucionar. Ante los reveses de la vida, deben ser los niños quienes resuelvan esta situación. Los padres deben brindar apoyo y no arreglar las cosas, asumiendo un papel que les toca a los hijos.

– Aplaudir los resultados positivos. Cuando un niño es capaz de resolver un problema, los padres deben hacer ver a los más pequeños que estos resultados son los que se esperan.

Damián Montero

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