Un verano en familia es sinónimo de grandes recuerdos. Muchas son las actividades que se pueden realizar de forma conjunta, entre todas ellas visitas a playas, piscinas o lagos donde poder disfrutar de un refrescante baño. Los mayores que saben defenderse en este medio lo tienen fácil para no ser víctima de accidentes por no saber nadar, pero los más pequeños tienen que hacer uso de elementos de seguridad.
Los flotadores son uno de los artículos que más acompañan a las familias durante sus viajes veraniegos a todas estas localizaciones. Unos productos que previenen del riesgo que supone sumergirse en estos entornos sin elementos de seguridad, muestra de ello son los entre 70 y 150 niños que fallecen cada año en el agua. Sin embargo, no todos los flotadores se recomiendan tal y advierten desde la Asociación Española de Pediatría, AEP.
Seguridad y supervisión de los niños en el agua
Lo primero que deben tener en cuenta los padres es que cuando los bebés o los niños pequeños estén dentro o alrededor de agua deben de estar al alcance y supervisados por un adulto con experiencia. Para que esta vigilancia sea adecuada, la distancia al menor debería ser inferior a la longitud del brazo del cuidador, es decir que hay que tenerlos al alcance.
La simple utilización de flotadores o manguitos inflables no son una protección eficaz. Si bien estos pueden ser un elemento que permita entrar en contacto con el agua para que aprendan a nadar, en torno a los 4 años. En los últimos tiempos se han comercializado unos flotadores que se colocan alrededor del cuello para que sean utilizados por los bebés.
En la actualidad no hay estudios que demuestren que la utilización de flotadores en el cuello produzca ningún beneficio en los bebés. Por un lado, la utilización de dispositivos inflables puede producir una sensación de seguridad equivocada. La forma más segura de baño de los bebés es en brazos de un adulto y siempre sujeto y supervisado.
Publicaciones como la realizada por STA Baby Swimming Tutor indica que el utilizar estos flotadores que mantiene el cuello erguido puede ser contraproducente para el desarrollo. Los bebés que están sujetos de forma vertical en el agua con la cabeza sujeta por una estructura semirrígida, sobre todo los más pequeños, podrían recibir compresión de su cuello y producir tensión en sus ligamentos y músculos.
Consejos de seguridad para niños en el agua
Desde la Asociación Americana de Pediatría se dan los siguientes consejos de seguridad para que los más pequeños puedan disfrutar de las actividades en el agua:
– En lugares como playas, los padres deben estar atento al oleaje que puedan derribar a los niños y sumergirlos. En el caso de las piscinas, habrá que prestar atención a la profundidad.
– Los niños que ya nadan, aunque sea en una piscina poco profunda para niños pequeños, siempre deben ser observados por un adulto, proporcionando «supervisión donde pueda agarrarlos» cuando los bebés o niños pequeños caigan.
– Dar a conocer las reglas de seguridad y hacerlas cumplir en el agua.
– No permitir que los hijos usen juguetes o colchones inflables como si fueran chalecos salvavidas.
– Los adultos no deben consumir bebidas alcohólicas cuando nadan. Presenta un peligro para ellos así como para cualquier niño que puedan estar supervisando.
Damián Montero
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