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Juegos con pelotas para mejorar la coordinación

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La pelota es un gran invento que ha despertado el interés de muchas personas por el deporte. Hay muchos tipos de pelotas y cada una de ellas interviene con absoluto protagonismo en deportes tan variados como el tenís, el pádel, el ping pong, el béisbol, el golf… y en formato balón en otros no menos conocidos por millones de seguidores como el baloncesto, el fútbol, el rugby o el fútbol americano, éstas últimas con otro formato.

Además, la pelota es también una fuente infinita de salud, que va más allá de las pruebas deportivas. Por este motivo, merece la pena empezar a familiarizar a nuestros hijos, desde que son pequeños, con los juegos de pelota, ya que desarrollan una parte muy importante de su psicomotricidad, concretamente de su coordinación motora.

Ejercicios con pelotas de tenis

1. Equilibrio con la pelota. Con este ejercicio los niños desarrollan el equilibrio, el conocimiento de su cuerpo y la coordinación de movimientos. Le ponemos una pelota de tenis en la cabeza y él tendrá que sujetarla en equilibrio, aunque sea unos pocos segundos. Si no lo consigue tendremos que ser nosotros quien dejemos caer la pelota hacia alguna parte del cuerpo del chico para que éste la recoja en el aire, y prácticamente sin mirar, antes de que bote. Si puede mantenerla él en equilibrio y hacerla caer, mejor que mejor.

2. Cambiar de mano. Una pelota de tenis es el instrumento ideal para este ejercicio, uno de los más complicados por el grado de coordinación que se requiere. Con los brazos extendidos, en cruz, el chico sujetará la pelota de tenis con una mano. A una señal, deberá lanzarla con un ligero golpe de muñeca intentando que llegue a la otra mano, trazando una parábola. No lo conseguirá a la primera, pero hemos de ayudarle para que no se desanime.

Coordinación visual con una pelota

1. De reojo. Los ejercicios de coordinación visual requieren unos procesos más complejos, pero por ello más estimulantes y motivantes. En este ejercicio, ataremos una cuerda a la pelota y la haremos oscilar de modo perpendicular a la mirada del chico. Él, sin mirarla directamente, tendrá que intentar detenerla con las manos cuando la vea aparecer.

Si queremos complicar el ejercicio, cuanto más deprisa oscile, más difícil le resultará pararla.

2. Una petanca especial. Este juego tiene mucho que ver con el juego de la petanca, pero a un nivel más elemental. Le diremos al chico o chica que lance rodando un balón con las manos hasta una pared o una señal, pero sin llegar a ella. En este ejercicio, los cálculos que tiene que hacer el cerebro y la vista son muy complejos.

Podemos realizarlo como una competición entre varios hermanos o amigos. Pasaremos una tarde muy divertida.

3. Saques de banda. La técnica de este ejercicio es muy similar a la del saque de banda. De pie, con las piernas juntas, le diremos a nuestro hijo que coja un balón con las dos manos y se lo lleve hasta detrás de la cabeza, como si fuera a sacar de banda. A una señal tendrá que lanzarlo por encima de la cabeza hacia un punto determinado, mejor si es a otro compañero.

Cuanto más exacto sea el lanzamiento mejor habrá realizado el ejercicio. Podemos dar puntos según se acerquen o no al objetivo.

4. No te veo. Podemos realizar este ejercicio en casa. Colocaremos a nuestro hijo a un lado de una puerta abierta y a un hermano a compañero al otro lado. Han de lanzarse un balón de un lado a otro, por encima de la puerta, sin verse. Han de tener los reflejos preparados para atrapar la pelota en cuanto la vean aparecer, de sopetón, por encima de la puerta.

Si consiguen dominar este ejercicio, una variante consiste en no coger la pelota cuando aparezca sino volver a lanzarla de un golpe, como si se jugara al «voleybol».

5. De espaldas y agachados. Colocaremos a nuestro hijo y a un hermano o compañero de espaldas uno al otro. Además, tendrán que flexionar el tronco: como si miraran por debajo de las piernas. La posición es incómoda, pero una situación tan extraña es ideal para estimular la coordinación de nuestro hijo. Deberán lanzarse el balón, rodando por el suelo, uno a otro, por entre las piernas.

Como se cansarán enseguida, el ejercicio no debe durar mucho. Puede intercalarse cualquier otro ejercicio.

6.. Lanzar y palmadas. Este sí que es un juego divertido para los chicos. Además, es ideal para realizarlo en la calle o en el campo, pues tienen que lanzar la pelota hacia arriba. Consiste en ver quién es capaz de dar más palmadas antes de que vuelva a caer la pelota. Cuanto más alto la mandamos, más tiempo tenemos, pero más difícil es recogerla.

Quizá podamos proponer al principio que se dé una sola palmada, luego dos, luego tres, eliminando a quien no lo consiga hasta que sólo quede el ganador.

Juegos con pelotas de ping-pong

1. Soltar y recoger. Para este ejercicio hacen falta grandes reflejos y mucha atención. Una buena idea puede ser que se lo planteemos a nuestro hijo o hija como un juego y como un reto para que se esfuerce de verdad. El chico ha de sujetar una pelota de ping-pong con la mano y soltarla (sin lanzarla), dejándola caer. El ejercicio consiste en conseguir volver a atrapar la pelota. Como no pesa mucho no caerá rápidamente, pero no le resultará demasiado fácil. Y lo importante es que aprenda a coordinar movimientos.

2. Encestar. Podemos jugar con dos o con un sólo chico. Alguien ha de lanzar una pelota de ping-pong al suelo para que bote varias veces. El otro chico ha de perseguir la pelota con una lata (puede ser de conservas) para conseguir encestarla. Si está sólo puede lanzar él mismo la bola antes de intentar recogerla. Como no utilizamos la mano para atraparla, con la lata resultará bastante más complicado, pero se trata de un ejercicio muy interesante para estimular la coordinación visual.

Beatriz Bengoechea

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