Los cuidados de un hijo comienzan mucho antes de que este nazca. Desde el momento en el que la futura recibe la buena noticia, el embarazo, su estilo de vida se adapta a la nueva situación. Mejoras en la dieta, adiós al alcohol y dejar de lado el tabaco son sólo algunas de las recomendaciones que los especialistas dan a las mujeres en estado de gestación.
¿Se ponen en práctica estos consejos? No en todos los casos, al menos así se desprende de la publicación ‘Prevención del Tabaquismo‘ realizada por la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica, SEPAR. Un informe en donde se deja claro que parte de las embarazadas en España considera falsa la idea de que el tabaco durante la gestación sea un grave problema.
Omisión de los riesgos
Más posibilidades de parto prematuro, menos peso al nacer, aumento del riesgo de malformaciones cardiacas, problemas de conducta o dificultades en la audición. Estos son sólo algunos de los riesgos de fumar durante el embarazo. No son pocos los estudios que avalan estas conclusiones y que llevan a que los especialistas recomiendan a los padres decir adiós al tabaquismo durante la gestación, tanto de forma pasiva como activa.
Sin embargo, tal y como se indica en este informe estos riesgos son minimizados por los padres durante el embarazo. Si bien existe una gran literatura en torno a los riesgos del tabaco durante el embarazo, el 30% de las embarazadas en España sigue fumando mientras espera a su hijo. En la mayoría de casos creyendo que podrán ir reduciendo el número de cigarrillos diarios cuando la realidad muestra que el número recomendado es 0.
De hecho la recomendación es que tras el parto los padres sigan apostando por un ambiente libre de humos para evitar los efectos del tabaco en los niños. La exposición postnatal a los cigarrillos es una causa del aumento de las infecciones respiratorias, otitis media de repetición y un mayor riesgo de desarrollar asma. Peligros que se hacen más frecuentes en los primeros años de vida dada la cantidad de horas que pasa el bebé en casa.
Estos peligros también se infravaloran por parte de los padres, por este motivo se hace necesario crear conciencia sobre lo importante que es crear una esfera saludable tanto para la embarazada como para los niños, una vez que han nacido. Los responsables de este informe señalan que no sólo hay que pensar en el tabaquismo pasivo como la exposición directa al humo.
Las partículas tóxicas y otros carcinógenos quedan adheridos al aire del hogar o en el polco que cubre superficies como muebles u otros elementos de menaje en casa. Piel, ropa e incluso el cabello de las personas también quedan impregnados de estos elementos que terminan entrando en contacto con el niño, quien puede respirarlos o interiorizarlos a través de su dermis.
Educar libre de humos
Ante esta situación se hace evidente la necesidad de concienciar sobre los peligros del tabaco en el hogar, tanto para las embarazadas como para los más pequeños. Aquellas madres gestantes y fumadoras que tengan problemas en abandonar este hábito deben consultar sobre intervenciones psicosociales que les permitan conocer los mejores métodos para decir adiós a esta adicción.
Los padres fumadores también pueden solicitar ayuda al pediatra de sus hijos, quien puede convertirse para ellos en una figura educadora sobre el efecto del tabaco. Los progenitores deben informar sobre el consumo de este producto en el hogar y analizar los efectos que la presencia de humos tiene en los más pequeños.
En casa debe apostarse por un espacio libre de humos y aumentar la higiene en zonas como manos tras el uso de los cigarrillos. En el ambiente debe reinar un entorno motivacional y refuerzo de actitudes positivas.
Damián Montero
Te puede interesar:
– Cómo llevar un embarazo sano