La madre es una figura con una gran influencia en el desarrollo de todo niño. Día tras día las acciones y el estilo de vida adoptado tiene eco en los hijos hasta el punto de que puede definir la salud a largo plazo de los más pequeños de la casa. Así lo ha demostrado Harvard en uno de sus últimos trabajos en donde ha analizado de cerca los casos de 17.000 madres.
Un análisis de 25.000 niños y adolescentes de entre 9 y 18 años y a quienes se han revisado de cerca para comprobar si su estado de salud tenía algún tipo de relación con el estilo de vida de sus madres. Unos datos que buscan animar a que los hogares apuesten por rutinas más saludables que sirvan de ejemplo para los más pequeños de la casa y que terminen por asegurarles una buena salud a largo plazo.
Cinco hábitos saludables
Los resultados de este análisis demostraron que los hijos de madres que presentaron cinco hábitos saludables tuvieron hasta un 75% menos de posibilidades de desarrollar obesidad a largo plazo que el resto de casos en donde no se presentaron estas costumbres. En concreto las rutinas a las que se refiere esta investigación son las siguientes: hacer ejercicio regularmente, alimentación sana, mantener un peso adecuado, moderación con el alcohol y evitar fumar.
Por el contrario, los investigadores encontraron que aquellos hijos de madres con problemas de peso y que presentaban hábitos de vida menos saludables como fumar o no practicar ejercicio, terminaron por presentar problemas de obesidad a largo plazo. Los responsables de este trabajo aseguran que las madres con un Índice de Masa Corporal adecuado, entre 18,5 y 24,9, tuvieron hasta un 56% más de posibilidades de mantenerse en un peso adecuado.
Otro de los datos que quedó demostrado en este estudio es que el hecho de que las madres fumasen también repercutía en la presencia de este mal hábito en los más pequeños. El riesgo de que los hijos sean consumidores de cigarrillos disminuía un 31% cuando la madre no presentaba esta rutina insalubre.
Por último los investigadores destacaron que en el terreno nutricional no se encontró relación alguna entre los menús de las madres y las rutinas alimenticias de los más pequeños. Los responsables de este estudio indicaron que este resultado se debe a la influencia que ejercen otros entes como el comedor escolar o las visitas a hogares de compañeros.
Hábitos a inculcar
Si bien la influencia de la madre es innegable en el desarrollo de todo hijo, a ambos padres les corresponde el inculcar hábitos de vida saludables para asegurar una buena salud a los más pequeños. Estos son algunos de los que ofrece la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado, CEAPA:
– Buena alimentación. Empezando por un desayuno donde se madrugue lo suficiente para hacerlo con el ritmo adecuado y con el grupo de alimentos recomendable (lácteo, cereales y fruta o zumo), hasta cumplir con el resto de las cinco comidas diarias dejando de lado las grasas saturadas.
– Dejar de lado los refrescos azucarados como método para hidratarse y apostar por el agua como fórmula habitual.
– La comida no debe usarse como consuelo, recompensa, ni castigo. Utilizar la comida para premiar o consolar hará que los niños aprendan a utilizarla cuando se sientan tristes, infelices, enfadados, etc.
– Apostar por un hábito de vida menos sedentario. Aprovechar la llegada del buen tiempo para realizar actividades fuera de casa siempre es una buena idea, también se puede inscribir a los más pequeños en actividades deportivas.
Damián Montero
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