Son muchas las madres que se agobian a la hora de pensar en la organización de una fiesta infantil en su casa y no es para menos. Chicles, comidas, rayones en las paredes… Lo cierto es que cuando los niños cuentan con pocos años de edad es muy difícil controlarlos.
Espíritu práctico para organizar una fiesta infantil
Y es que los niños, más que merendar, lo que desean realmente es jugar. Por ello, ante la perspectiva de organizar en las fiestas infantiles en casa un convite de estas características la mejor receta es la creatividad y el espíritu práctico. Con un poco de imaginación y sentido común, la merienda puede resultar un acontecimiento realmente increíble.
Para crear una fiesta infantil realmente espectacular, lo primero que tener en cuenta es el número de invitados. Así, por ejemplo, empeñarse en invitar a toda la clase puede ser un gran error. Lo mejor es realizar una pequeña selección con ayuda del homenajeado. Eso sí, siempre es conveniente que todos los chicos y chicas sean más o menos de la misma edad.
Informar a los invitados
Un vez elaborada la lista, el siguiente paso será invitar formalmente a cada uno de los niños a la celebración. Ya sea telefónicamente o en persona tendremos que reseñar no sólo la hora de comienzo de la fiesta sino también la de «posible recogida de los invitados»... Este punto es especialmente importante, sobre todo si no deseamos tener corriendo a una docena de fierecillas por los pasillos hasta bien entrada la noche.
En cuanto a la decoración podemos adornar la habitación destinada a los niños con globos y serpentinas de colores.
Es conveniente que tengamos previstos algunos juegos para realizar con los niños y, por su puesto, unos cuantos premios para los ganadores.
¡Un engorroso dibujo en la pared!
No suelen ser muy aconsejables los tradicionales concursos de dibujos: un lápiz de colores en mano de un niño puede llegar a convertise en un «arma incontrolable». El confetti, aunque para muchos es un imprescindible de cualquier fiesta que se precie, en casa puede esparcirse fácilmente por todos los rincones. Piensa en ello, antes de comprarlo.
Del mismo modo, siempre es bueno controlar convenientemente las habitaciones de los adultos de la casa pues suelen ser éstas, precisamente, las más apetecibles para los niños.
Una posibilidad muy socorrida a la hora de entretener a los pequeños es contratar los servicios de un payaso o un mago que los entretenga. No sólo porque les encandilará durante un par de horas sino porque durante ese mismo tiempo podremos aprovechar para descansar.
Una merienda con poco trabajo
La merienda debe ser apropiada para la edad de los invitados: sobre un mantel simpático y divertido (los podemos encontrar de papel o de plástico, incluso, con temas infantiles) colocaremos los vasos y los platos de plástico. ¡Nada de sacar la vajilla de porcelana, pues nos pasaríamos la tarde sufriendo!
Precisamente por ello, conviene optar por materiales que aguanten el trato descuidado de los niños. Cubrir el suelo que queda bajo la mesa con una alfombra de plástico es una buena medida de prevención. Así, si un vaso se cae al suelo no ocurrirá absolutamente nada… evitarás el manchón correspondiente, claro está.
La comida, ante todo sencilla y abundante: los bocadillos, la tortilla de patata, los cacahuetes, ganchintos… suelen ser la solución más socorrida en estos casos. Y si no queremos complicarnos mucho la existencia no lo dudemos, existen una gran cantidad de establecimientos en los que se venden bandejas preparadas para ocasiones como ésta.
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