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Montaña y campo: ideas muy naturales para niños

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Pasar las vacaciones en contacto con la naturaleza, ya sea en la montaña o en el campo, es una oportunidad única para compartir con los niños actividades lúdicas y educativas, interesantes y muy novedosas para ellos, sobre todo, para los que viven en una gran ciudad. Tener cerca a los animales, observarlos y aprender su modo de vida, y conocer más a fondo el mundo vegetal puede ser una experiencia inolvidable para disfrutar del verano en familia.

Construir un puesto de observación

Si quieres ver a los animales del campo de cerca y sin asustarlos, puedes construirte un puesto de observación que te permitirá estar escondido y pasar desapercibido. Es algo parecido a construir una cabaña. Lo mejor es buscar un lugar disimulado en el monte, donde haya tranquilidad.

-Necesitas varias ramas fuertes que sirvan de armazón: con ellas realizarás la estructura básica del puesto.

– Si es necesario reforzar o juntar las ramas con seguridad para que no se caigan, emplea cuerdas.

– Pon ramas más ligeras cubriendo las ramas principales.

– Disimula el conjunto con hojas.

– Una vez que empieces a emplear esta pequeña cabaña para observar animales, ten en cuenta un detalle importante: ¡es probable que te haga falta mucha paciencia!

Observación de insectos en el campo

Cazar insectos con luz

De noche, cuelga una tela blanca entre dos árboles e ilumínala con una lámpara. Al poco tiempo, verás como una gran cantidad de insectos de todo tipo acudirán atraídos por la luz y se posarán sobre la tela. Puedes atraparlos con un cazamariposas o introducirlos con cuidado en un bote (perfora la tapadera para que entre aire). Descubrirás de este modo mariposas nocturnas de todo tipo, efímeras que son unos insectos muy elegantes y delicados y que tienen dos o tres colas que les caracterizan; mosquitos y algún que otro escarabajo.

La luz también atraen a otros animales, los murciélagos. Aunque más bien, deberíamos decir que acuden a cazar los insectos que se concentran alrededor de la luz. Para observar a los murciélagos, sitúate debajo de una farola. Verás lo rápido que vuelan, cómo capturan insectos y escucharás los gritos que emiten, muy parecidos a los chirridos de los grillos.

Capturar y cuidar grillos

Los grillos viven entre la hojarasca, debajo de troncos y piedras de zonas húmedas, donde suelen cavar su madriguera.

Para capturar grillos en el campo, es necesario tener listo un envase. Lo mejor es capturarlos con las manos, recogiendo suavemente al grillo poniendo las manos en forma de copa a su alrededor.

Si no quieres tocar el grillo, usa un envase de plástico y sitúalo enfrente del animal. Dale un empujoncito con mucha delicadeza para que brinque hacia adentro del envase. Cierra la tapadera rápidamente antes de que se salga.

Cuando llegues a casa, deposita al grillo en un pequeño terrario, pecera o Tupper, que previamente habrás acondicionado con tierra, hojas, piedras, ramitas*para que su ambiente natural está bien reproducido. Los grillos son omnívoros, y para alimentarlos puedes recurrir a trozos de tomate, patata, pepino o zanahoria. El pienso para perros y gatos también les gusta.

Para que beban, deposita un tapón de botella y llénalo con agua todos los días. Aparte de todo esto, tienes que tener en cuenta dos cosas: los grillos macho son muy ruidosos y pueden pasarse toda la noche chirriando. Lo segundo es que se parecen bastante a las cucarachas, por lo que es probable que no le agrade este animalito a algunos miembros de tu familia.

Tocados y abanicos con plumas

Los pájaros suelen perder sus plumas durante la muda o cuando pelean entre ellos. Busca plumas de buen tamaño: en las playas y costas encontrarás de gaviota, y en zonas de jardines o cultivos, puedes encontrar de cuervos, palomas, urracas* si están sucias, límpialas con una esponja humedecida y alisa las barbas para que recuperen su forma.

Después, puedes elaborar un tocado de indio con el que los niños seguramente se lo pasarán genial durante sus juegos.

Para hacer el tocado, sólo tienes que coser las cañas de las plumas a una cinta de tela; también puedes usar un pegamento fuerte si no te apetece coserlas.

Otra actividad que se puede realizar con las plumas es la de confeccionar un abanico. Es muy sencillo, sólo tienes que recortar una cartulina o cartón en forma de abanico, y después pegar las plumas en fila.

Las plumas también las puedes coleccionar y aprender de qué aves provienen. Para eso, tienes que fijarte bien que qué pájaros hay en la zona en que las recoges. Puedes ayudarte de una guía.

Observar las esporas de las setas

Las esporas son las semillas de los hongos, y su aspecto general es el de un fino polvillo. Para observarlas bien, hay que coger una seta y cortar el pie para quedarnos sólo con el sombrero.

Después, colocaremos el sombrero sobre una cartulina y lo dejaremos ahí durante horas (puedes dejarlo toda la noche). Pasado ese tiempo, levanta con cuidado el sombrero y verás que se ha quedado depositada una fina capa de polvo que reproduce la forma de las laminillas del sombrero.

Tienes que tener en cuenta que si las láminas de la seta son blancas, deberá utilizar una cartulina negra, y si son oscuras, una cartulina blanca. Así podrán verse mejor las esporas. Para conservar el dibujo, pulveriza una capa de barniz sobre él.

Conservación de flores prensadas

Flores secas prensadas

Las flores se pueden conservar mediante prensado y es un procedimiento muy sencillo, más sencillo aún que el de las algas, ya que las flores no tienen tanta humedad.

– Después de recoger las flores, colócales en un papel, no demasiado juntas, y deposita encima de ellas una hoja de papel secante.

– Pon libros pesados o un tablero encima, con mucho cuidado. Deja las flores en este estado durante dos semanas. Pasado ese tiempo, retira los libros y el papel secante con cuidado y saca las plantas prensadas.

– El prensado es un método que suelen usar los botánicos para conservar las especies que les interesan. El prensado siempre funcionará mejor en plantas que no tengan mucho agua.

Silbatos de madera

Puedes tallar un silbato muy potente a partir únicamente de una caña de saúco o de bambú.
– La caña tiene que estar seca y medir unos 10 cm. 
– Corta un extremo en bisel y quita la médula utilizando un alambre. 
– Talla una lámina fina de madera seca. Frótala en un papel de lija para que quede un extremo más delgado que otro. 
– Ata la lámina de madera al bisel con un hilo o cinta adhesiva. El extremo del bisel tiene que estar libre de cinta, ya que es por ahí por donde hay que soplar.

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