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Los padres helicóptero culpables de malos comportamientos, según un estudio

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Los padres helicóptero no enseñan a sus hijos a lidiar con situaciones.

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Todo padre desea lo mejor para sus hijos y evitar, tanto como puedan, los diversos problema que pueden afectar a los pequeños. En muchas ocasiones, este deseo de bienestar por los niños se transforma por un fuerte control del día a día de los menores. Una situación que se denomina como «padres helicóptero«, aquellos progenitores que llegan a asumir responsabilidades que no les toca.

Los padres helicóptero no solo evitan que sus hijos puedan aprender a tomar decisiones que les corresponde a ellos y asuman responsabilidades que les toca. Un nuevo estudio realizado por la Universidad de Minnesota ha demostrado que este estilo de crianza deriva en problemas de conducta para los niños y dificulta su desarrollo emocional.

Dificultad para lidiar con problemas

Un total de 422 niños y sus padres participaron en este estudio. Los investigadores tomaron nota de las características de los pequeños y del estilo de crianza por el que habían apostado las familias. Al mismo tiempo los progenitores debían jugar junto a sus hijos del mismo modo que lo harían en su hogar para demostrar cómo era su relación habitual.

De esta forma, en primer lugar, los padres helicóptero mostraron juegos en donde ellos eran quienes decidían todo y en el que la opinión de los niños no era tenida en cuenta. Algo que a la postre se traducía en problemas para que los pequeños pudieran tomar decisiones para ellos mismos y terminasen por dejarse llevar por el criterio de otras personas.

Al mismo tiempo, estos niños mostraron comportamientos más desafiantes y apáticos, también presentaron actitudes marcadas por la frustración al no ser capaces de desarrollar su personalidad. «Nuestra investigación mostró que los niños con padres de helicópteros tienen una menor posibilidad de lidiar con los desafíos que pueden llegar en su futuro», explica Nicole B. Perry, autora principal del estudio.

Perry también añade que «los niños que no pueden regular sus emociones y comportamiento de manera efectiva son más propensos a mostrar malos comportamientos en el aula, a tener más dificultades para hacer amigos y luchar en la escuela».

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Desarrollar la autonomía

Si bien no hay que permitir que los niños se enfrenten a todos los peligros solos, los padres deben trabajar la autonomía de sus hijos. Los progenitores deben ser capaces de dejar que los pequeños de la casa comiencen a asumir responsabilidades en su mundo, estos son algunos consejos que ofrecen desde la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres, CEAPA:

– Aconsejar, no elegir. Los niños deben ser capaces de tomar sus propias decisiones, salvo cuando esta responsabilidad recaiga de forma directa sobre los padres. Pero en situaciones como qué jersey quieren ponerse o parte de la decoración de su habitación deben recaer sobre los pequeños.

– Pequeños detalles. Enseñarles a atarse los cordones, que sean ellos quienes recojan sus platos o pelen piezas de frutas fáciles que no requieran cubiertos. Estos pequeños detalles indicarán al niño que es capaz de valerse por sí mismo en determinadas circunstancias.

– Su espacio, su responsabilidad. Algunas esferas como la mochila escolar deben ser responsabilidad de los más pequeños. Si se olvida algún libro, el niño debe aprender la lección y estar más atento la próxima vez en lugar de que sea el padre quien resuelva esta situación.

– No evitar los conflictos. Si surge un conflicto con los padres, no hay que evitarlo sino demostrar a los pequeños que existe la posibilidad de resolverlo desde el respeto y el diálogo.

Damián Montero

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