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Cómo aprovechar el verano para fomentar la autonomía

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El verano puede ser una época excelente para enseñar valores.

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El verano no es sólo una época para el descanso. Este tiempo libre puede servir para aprender, ya sea por los repasos enfocados a no perder el ritmo, por dedicarse a actividades educativas o porque en casa pueden transmitirse distintas enseñanzas. Por ejemplo, las vacaciones estivales pueden servir para transmitir la importancia de valores como la autonomía.

Así lo indica la psicóloga infantil María Jesús Campos quien recomienda aprovechar el verano para fomentar la autonomía. La experta señala que si bien no puede olvidarse la importancia del descanso para recargar las pilas y disfrutar de la familia, también puede incentivarse la independencia del niño a través de las actividades cotidianas.

Actividades cotidianas

No hay que pensar en la enseñanza de la autonomía en verano como unas grandes lecciones. Las actividades cotidianas pueden servir para enseñarles a asumir responsabilidades y a desenvolverse. Estas son algunas ideas que pueden ayudar a alcanzar este fin:

– Cuidar de los hermanos pequeños. Desde recogerlos en las escuelas de verano o encargarse de su vigilancia mientras los padres están en el trabajo. Una actividad en especial recomendada para hijos adolescentes.

– Tareas domésticas. Quizás los estudios y otras obligaciones hicieron que el niño no pudiera asumir tantas tareas domésticas como antes, pero en el verano el tiempo libre hace posible que puedan realizar más labores. Desde preparar la mesa antes de que los padres lleguen a casa hasta colocar la ropa planchada.

– Encargarse de sus responsabilidades. Si el niño tiene por delante un campamento, una escuela de verano o cualquier otra actividad, se les debe invitar a que sean ellos mismos quienes se encarguen de reunir todo el material necesario. Si bien los padres pueden ayudar, deben ser los hijos quienes asuman la responsabilidad.

– Su cuarto, su responsabilidad. Durante el verano el tiempo libre y el ocio pueden hacer que los jóvenes relajen sus responsabilidades, que se levanten más tarde y olviden hacer la cama. Al igual que el resto del año, su cuarto es su responsabilidad y así deben hacérselo saber los padres.

– Enseñarles nuevas labores del hogar. Algunas tareas domésticas requieren de algún tiempo de enseñanza que quizás no se poseía durante el resto del año. El verano puede servir para que por ejemplo los más pequeños den sus primeros pasos en la cocina o para que los jóvenes sigan aprendiendo nuevas recetas.

Gestión del tiempo libre

Asignar estas tareas a los más pequeños no solo repercute de forma positiva en el desarrollo de la autonomía. También ayuda a gestionar el tiempo libre que tienen por delante los hijos en vacaciones. A menudo esta desocupación puede derivar en aburrimiento que se soluciona con actividades sedentarias.

En este punto la misión de los padres es limitar este tiempo libre y hacer que los niños asuman estas responsabilidades en casa. Otra fórmula es recordar a los hijos las tareas de repaso escolar. También se recomienda la planificación de determinadas actividades con las que evitar que el aburrimiento haga acto de presencia en estas fechas.

Una hora para leer, un día en el que aprovechar los juegos de mesa, etc. La misión es hacer que el tiempo libre de los niños se invierta en actividades que puedan tener un beneficio para ellos. Dar con el punto intermedio en donde descanso, diversión y aprendizaje.

Damián Montero

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