Categorías:

La mitad de los niños españoles convive con un fumador

Tabla de contenidos

El tabaquismo pasivo está muy presente en las casas de los españoles.

ISTOCK

El tabaco no es solo perjudicial para los fumadores. El humo que desprenden también afecta a los que quienes lo rodean. Muchos son los efectos de aquellos que respiran en este ambiente, un recordatorio que es importante realizar con motivo del Día Mundial Sin Tabaco celebrado el pasado 31 de mayo.

Un recordatorio que Juan Antonio Ortega, coordinador del Comité de Salud Medioambiental de la Asociación Española de Pediatría (AEP) enfoca en los niños. En España la mitad de los menores vive en entornos con presencia del humo del tabaco, una fuente más nociva que muchos de los contaminantes del aire juntos.

Medidas efectivas

Según explica el doctor Ortega no son pocos los padres que tratan de reducir la exposición de sus hijos al humo del tabaco. Sin embargo, las medidas que utilizan resultan poco efectivas como fumando con la ventana abierta, la puerta de la cocina cerrada o en espacios alejados como el trastero.

Muchos de ellos desconocen que el humo es muy ubicuo y persistente. Esto se debe a que pesa más que el aire y las partículas se quedan impregnadas en las superficies, de forma que son inhaladas posteriormente por los niños.

También hay que tener en cuenta el llamado «humo de segunda mano«, es decir, el humo ambiental que se forma por la mezcla del exhalado por los padres fumadores y el que procede de la combustión de la brasa del cigarrillo. Este humo «es de peor calidad que el que inhala el propio fumador, ya que al tratarse de una combustión lenta en él se concentra un número de sustancias químicas mucho mayor que solamente en la corriente principal».

El humo de segunda mano, en total, contiene 4.000 sustancias químicas, y más de 40 de ellas cancerígenas. El ambiente que genera es una causa de cáncer en personas no fumadoras e incrementa y se asocia con multitud de enfermedades en la infancia.

AEP también alerta del humo de tercera mano, que es aquel que proviene de la combustión de la brasa del cigarrillo. «Este humo se caracteriza por una alta concentración de partículas y gases que pesan más que el aire que se concentran por debajo del metro de altura y, por tanto, son más tóxicas para los niños y se acaban adhiriendo a objetos con los que juegan o tocan: muebles, cortinas, alfombra, coche… A través del contacto, los niños pueden estar expuestos a muchos de los compuestos químicos del tabaco, ya que pueden llevarse las manos a la boca», explica el doctor Ortega.

Prevención del tabaquismo pasivo

Como se ha visto el tabaquismo pasivo está demasiado presente en la vida de los más pequeños. Prevenirlo en el hogar es importantísimo y estas son algunos consejos para vencer a esta problemática:

– Crear espacios libres de humo en casa. Lo ideal sería que en ningún rincón de la casa se fumase, si esto es difícil lo mejor es reservar los cigarrillos para balcones y terrazas.

– Nada de tabaco en el coche. El coche es un espacio cerrado en donde es difícil no respirar el humo que desprenden los cigarrillos.

– En espacios abiertos como parques, es recomendable que los padres fumadores se alejen de sus hijos a la hora de fumar para evitar que estos estén cerca del humo.

– Dejar de fumar. Fuerza de voluntad, valor y al toro. La mejor receta para evitar el tabaquismo pasivo es eliminar los cigarrillos en la vida diaria de todos en casa.

Damián Montero

Te puede interesar:

Cómo prevenir el tabaquismo en los menores

La OMS plantea prohibir fumar en coches y hogares con niños

Dejar de fumar cuesta una media de 30 intentos

La ‘batalla’ contra el tabaco en el cine para proteger a los jóvenes

Otros artículos interesantes