Jugar es una de las actividades más importantes en el desarrollo del niño ya que influye directamente este proceso. Los juguetes entran en escena para acompañar, ser tocados y mirados, para descubrir un mundo a los más pequeños a través de sus sentidos. A medida que los menores crecen e interactúa con ellos pasan a ser herramientas de aprendizaje.
Por ello se recomienda que los padres se involucren en estas actividades para participar en el desarrollo de sus hijos y tratar de sacar el máximo provecho de las mismas. Cada edad tiene aspectos especiales o diferenciales según el estado psicoevolutivo del niño.
Qué es juguete y qué no para los niños de preescolar
Dentro del hogar y fuera de él hay muchos objetos cotidianos que en las manos de los niños, se convierten en elementos lúdicos, en juguetes. Por ejemplo un lápiz puede transformarse servir para este fin al hacer creer que los más pequeños son oficinistas o emulan el trabajo de sus padres.
Los padres deben estar alerta ya que no cualquier objeto es apto para convertirse en un juguete. En algunos casos estos artilugios pueden ser potencialmente peligrosos para estos fines. Un ejemplo son los alimentados por la corriente eléctrica, o con , con puntas o filos cortantes, materiales con pintura y tintes no homologados.
Desde la Asociación Española de Pediatría y Atención Primaria, AEPap, se indica que hasta los tres años hace falta una atención más estricta, tanto en estos objetos como en los juguetes adquiridos. En el etiquetado debe constar de forma visible, legible e indeleble que cumple la normativa en materia de seguridad. Y también la simbología que indique si piezas o componentes son un riesgo para los menores de esa edad.
Los padres deben de leer con atención toda la información que acompaña al juguete. Las instrucciones de uso deben ser seguidas y una vez que la compra se haya desembalado, hay que comprobar que esté en buen estado así como vigilar el desarrollo del juego.
Juguetes recomendados para niños de preescolar
AEPap indica los siguientes consejos para que los padres puedan sacar el máximo provecho del juego en los preescolares. Entre los 2-5 años se produce un desarrollo en el que adquieren habilidades cognitivas, motrices y lingüísticas. Algunas de estas destrezas son: el habla y la comprensión del lenguaje oral, expresión de emociones, mayor desarrollo psicomotor grueso y fino, descubrimiento del entorno familiar y social, y el juego simbólico y con los iguales, entre otros.
Para las características del desarrollo propias de estas edades se han de tener en cuenta juguetes de movimientos gruesos (triciclos, bicicletas, toboganes) y finos (plastilina, mecanos, de construcción), para expresarse e imaginar (pizarras, pinturas, instrumentos musicales, marionetas, disfraces), muñecos, personajes o animalitos (familias de ellos), puzzles, y juegos de mesas sencillos para compartir con los iguales.
Al mismo tiempo, debemos ofrecerles a los niños espacios en el hogar y en exteriores: en la playa o la piscina, en el campo, parques, etc., para jugar. Ahí podrán desarrollar la imitación de sus iguales, su fantasía, creatividad y el juego compartido con reglas, normas y valores morales. El juego es siempre desarrollo intelectual, emocional y social.
Damián Montero
Te puede interesar:
– Juguetes por edades: consejos para acertar
– La educación emocional a través de los cuentos de hadas
– Los beneficios cognitivos del ábaco para niños