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A por la primera vivienda: acceder al mercado inmobiliario

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Tienen entre 26 y 29 años, son buscadores incansables de vivienda y con una nómina recién estrenada… Este es el perfil de la mayoría de los jóvenes que desean lanzarse al «ruedo inmobiliario» por primera vez. La conclusión es clara: más de la mitad de los jóvenes no se casan antes de los 30 y alrededor de un 65 por ciento alega que no tiene dinero para adquirir una vivienda. Por lo tanto, no es que no lo deseen, es que les resulta prácticamente imposible fundar su propio hogar.

Una casa y un proyecto de vida propio constituyen hoy en día el gran desafío personal de prácticamente casi todos los jóvenes. Según informes del Instituto de la Juventud más de la mitad de los jóvenes españoles se independizan tarde, más allá de los treinta años. Evidentemente, uno de los factores claves de esta situación es la dificultad que encuentran a la hora de acceder a su primera vivienda.

Viviendas protegidas

Pero es que hace falta mucho temple para abrir las páginas de ofertas inmobiliarias. A la desesperación de no encontrar precios asequibles se suele unir la falta de información y de apoyo con el que cuentan la mayoría de los chicos y chicas a estas edades.

Una buena solución suele consistir en olvidarse de la vivienda libre para decantarse por una protegida cuyo valor suele ser bastante inferior. Con calidades muy parecidas a las edificaciones libres, este tipo de pisos exigen de los futuros compradores un esfuerzo económico menos importante. Y todo ello gracias a que la ley fija el precio del suelo en el que se construyen estas promociones, así como la superficie y el coste final de dichas edificaciones. Hoy por hoy, existen varios regímenes de ayuda a la hora de adquirir estas viviendas.

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Condiciones especiales para los menores de 30 años

La primera vivienda para los jóvenes

Lo importante, en cualquier caso, es que los menores de 30 años se benefician de una serie de puntos a su favor frente al resto de los aspirantes. Por lo general, la mayoría de las viviendas de estas características se encuentran gestionadas por cooperativas. Antes de sumarnos a una de ellas tendremos que comprobar tres aspectos fundamentales:
– Que la cooperativa se encuentra inscrita en el Registro de Cooperativas.
– Qué capital hay que aportar al capital social de la misma y si se comprometen o no a devolverla en caso de que decidamos darnos de baja.
– Que la cuotas periódicas que aportemos para la construcción nos serán reingresadas en caso de no llevarse a cabo la construcción tal y como establece la Ley de Ordenación de la Edificación.

La vivienda de segunda mano

Otra de las opciones para los jóvenes es la adquisición de una vivienda de segunda mano. Uno de los principales atractivos de este tipo de edificaciones es, precisamente, el factor económico.
La diferencia entre una casa nueva y otra usada se acentúa, sobre todo, en aquellas que son más antiguas y requieren determinadas reformas.

A esta ventaja tan apetecible se une, además, el no tener que comprar sobre plano. No tendremos que elegir una casa sobre papel sino que podremos comprobar, desde el primer día, aspectos tan importantes como la distribución de las habitaciones, las calidades, la orientación…

Los pasos que se suelen dar a la hora de adquirir una vivienda usada son, en primer lugar, la señal (una garantía de realmente compraremos) y, en segundo, el contrato de compraventa.

Por escrito

En éste último deben quedar claramente recogidos aspectos tales como: identificación completa de ambas partes, la descripción de la vivienda, el precio total de la misma, las condiciones de pago, las penalizaciones en caso de incumplimiento, la distribución del pago de impuestos, la especificación de quién corre con cada uno de los gastos y la indemnización que se deberá pagar si se retrasa la entrega de la vivienda.

No dudes en analizar con detenimiento todos estos aspectos. Un despiste podría provocar que perdiésemos el dinero entregado o la opción a comprar dicha casa.

Y una última sugerencia. Antes de entregar dinero no dudes en acudir a nuestra Comunidad Autónoma (Consejería de Hacienda). Allí nos proporcionarán unas tablas de valoración orientativa para hallar el precio que se considerará como real de cara a Hacienda. Conviene tener presente que estos varemos siempre suelen situarse por debajo del valor real de las viviendas (entre un 20% ó 25% menos).

Calcular los gastos

Con la decisión tomada y el contrato firmado, llega el momento de la entrega del piso. Aunque parezca mentira, el simple hecho de recoger nuestro preciado juego de llaves implicará hacer frente a unos gastos adicionales: los de escritura y registro de la vivienda.

Por un lado, tendremos que asumir lo que nos cueste el notario, redactor de los documentos. Por otro, la cuota correspondiente al Registro de la Propiedad.

El tercer profesional que intervendrá en este acto será el gestor que también reclamará sus honorarios por el hecho de haber llevado a cabo el papeleo y la correcta inscripción de la compra.
Después de pagar este montante, y soñar por unos instantes que no tenemos que abonar ninguna otra cantidad, tendremos que asumir un nuevo gasto: Los impuestos.

El IVA (un 7% del valor del piso; un 4% para las viviendas protegidas) nos supondrá un esfuerzo adicional, pero también lo será el Impuesto sobre Actos Jurídicos Documentados (0,5% del valor de la vivienda), obligatorio cuando se suscribe un documento notarial.

Precisamente por ello, hagamos cuentas. Probablemente lleguemos a la conclusión de que el valor inicial de nuestra vivienda se ha incrementado alrededor de un 10%. Aún así… sigue mereciendo la pena. Hoy por hoy, adquirir una casa continúa siendo una de las mejores inversiones que podemos realizar.

Consejos para comprar nuestra primera vivienda

1. Añade alrededor de un 10% de gastos al precio inicial del piso. Esta será la cifra real que tendremos que desembolsar finalmente.

2. Busca pisos con fotos en Internet. Desde hace unos años Internet se ha convertido en una gran baza para los que buscan vivienda de segunda mano. En la red encontraremos diversos buscadores que nos proporcionarán una gran variedad de ofertas inmobiliarias.

3. No tomes decisiones precipitadas. Solicita siempre la documentación de nuestra futura vivienda por adelantado y estúdiala detenidamente y con tranquilidad punto por punto.

4. Solicita consejo a tus padres. Pide orientación a la hora de tomar la decisión final. Su experiencia suele ser de gran ayuda en estos casos.

5. Infórmate en tu Comunidad Autónoma o Ayuntamiento correspondiente de las ayudas que podemos recibir. En algunos casos, por ejemplo, los organismos oficiales ofrecen hasta un cheque en metálico (la Comunidad de Madrid, sin ir más lejos) a aquellos jóvenes que deseen acceder a su primera vivienda.

Aunque no tengas en mente lanzrate de lleno a adquirir una vivienda por ahora, intenta ahorrar durante un tiempo. Las cuentas de ahorro vivienda no solo nos ofrecen unos intereses sumamente atractivos (entre el 6 y el 7%) sino que te permitirá desgravarte unas cantidades bastante interesantes.

Marisol Nuevo Espín

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