Conciliar el sueño es un proceso en el que se entra lentamente y que es previo a un estado de relajación. Para conseguir entrar en este estado de somnolencia que nos conduce al sueño ayuda mucho establecer una pauta de rutina que nos induzcan cada noche a conseguir ese sueño reparador que tanto nos beneficia para estar bien al día siguiente.
Para dormir bien es necesario disponer de un entorno en el que el niño pueda ir pasando por las distintas fases del sueño sin sufrir interrupciones. Dormir en el asiento del coche, en el carrito o en la silla de paseo, mientras está en un restaurante, en la calle o en un parque no son entornos que favorezcan un sueño de buena calidad. Piensa por ejemplo en aquellas ocasiones en las que te quedas dormida en un avión. La calidad del sueño es mucho peor que cuando duermes en una cama. El ruido, la posición y los movimientos del avión interfieren con el ciclo del sueño, lo que conduce a una peor calidad del mismo.
Un sueño de buena calidad
Para propiciar un sueño de buena calidad el lugar en el que el niño duerme ha de estar oscuro, tranquilo y sin ruidos y no debe hacer demasiado calor. Tener una rutina y unos horarios regulares para levantarse, para echarse la siesta y para irse a dormir también ayudan al niño a preparase para el sueño. En lo que respecta a las actividades que se realizan antes de irse a la cama, lo mejor es que sean tranquilas: contar cuentos o historias que no den miedo, jugar a algo tranquilo o leer.
Es muy importante limitar el tiempo de exposición a pantallas a una hora antes de la hora de dormir, para evitar el efecto estimulante de la luz azul que emiten éstas (televisiones, teléfonos, tablets y ordenadores). Tener un ritual a la hora de acostarse que sea sencillo y que se pueda reproducir en otros entornos (p. ej., si se queda a dormir en casa de la abuela) le puede ayudar al niño a tener de manera sistemática un sueño de buena calidad.
Además, para dormir bien también es importante no tener hambre a la hora de acostarse y no haber tomado demasiados líquidos, pues esto les puede obligar a levantarse en medio de la noche para ir al baño. Los tentempiés que tomen justo antes de ir a la cama tienen que tener un alto contenido en proteínas y fibra (p. ej., un taquito de queso y una tostada de pan integral o un vaso pequeño de leche con rodajas de manzana). Por supuesto, hay que tener cuidado de que no tomen ningún tipo de estimulante (como cafeína o azúcar) antes de irse a la cama.
La rutina del descanso
Saber cuántas horas de sueño o cuánto tiempo de descanso necesita tu hijo te ayudará a establecer una rutina que hará que la hora de ir a dormir se convierta en un momento para disfrutar en familia, a la vez que para que tu hijo crezca sano y fuerte.
El sueño es vital para el crecimiento y para el desarrollo. Las ventajas de lograr un sueño de buena calidad son muchas: adquirir más rápidamente las habilidades de motricidad fina y gruesa, tener más resistencia, una mejor alimentación, mejores notas en el colegio, mejores habilidades sociales y un mejor temperamento, entre otras. Así, instaurar en casa buenos hábitos de sueño e inculcar una serie de pautas para dormir bien les será a los niños de gran ayuda en el camino de la vida.
Deanna Marie Mason. Experta en educación y salud familiar. Autora del blog Dr. Deanna Marie Mason. Paternidad proactiva. Apoyo profesional para la familia moderna. Acaba de lanzar su segundo libro: «Cómo educar adolescentes con valores».
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