La lucha contra el consumo de alcohol es un quebradero de cabeza que afecta tanto a padres como a los poderes públicos. Por un lado, los adultos son responsables de que sus hijos no hagan uso de estas bebidas hasta cumplir la mayoría de edad y de informar de los peligros que tienen estas prácticas. Por su parte, las distintas administraciones deben elaborar una legislación para evitar que los menores puedan acceder a estos productos.
Ahora, la nueva legislación pretende incrementar las sanciones de los padres cuyos hijos sean sorprendidos bebiendo alcohol en la calle. Así se refleja en el informe donde pueden consultarse las bases de la próxima Ley contra el Consumo de Alcohol en Menores que ya ha sido aprobada por la Comisión Mixta para el Estudio del Problema de las Drogas y que pasa a manos del Ministerio de Sanidad.
Sanciones a las familias
Uno de los puntos que más destaca de esta nueva Ley es el carácter sancionador a las familias de los menores que sean sorprendidos bebiendo alcohol. Una decisión relacionada con aquellos menores que sean reincidentes y en los que se entiende que ha habido un comportamiento negligente por parte de los padres.
Algunas de estas sanciones económicas podrán ser sustituidas por actividades formativas en donde participen tanto los progenitores como sus hijos. En estos casos habrá que evaluar la gravedad de la situación y si ha habido reincidencia para no solo ejecutar estas multas, sino poner en marcha mecanismos de protección al menor para que no empeore sus circunstancias.
Por otro lado, los locales donde se venda alcohol también estarán bajo lupa de las administraciones. Aquellos comercios que sean sorprendidos reincidiendo en estas actividades y permitiendo el acceso a estas bebidas a menores, se enfrentarán a duras sanciones. También se valoran otras medidas como limitar los horarios de venta de estos artículos.
Prevención del consumo
¿Qué pueden hacer los padres para prevenir el consumo de alcohol? Desde la Asociación Española de Pediatría, AEP, se dan los siguientes consejos:
1. Diálogo con los hijos y aprovechar todas aquellas oportunidades en las que tengan predisposición para hablar y no únicamente cuando los padres quieran.
2. Apostar por actividades de ocio y aficiones comunes para encontrar una forma de diversión que pueda gustar a todos.
3. Un proyecto educativo individual para cada hijo en función de las necesidades que presente cada uno.
4. Transmitir valores tales como la importancia de la familia y en especial la necesidad de mantener un estilo de vida sano.
5. Fomentar que realicen actividades deportivas, que no se queden quietos en casa y que su ocio esté marcado por un estilo de vida sano.
6. Enseñar moderación (sobriedad) en general y en el uso del dinero en particular.
7. Ofrecer un modelo adecuado con el propio consumo de alcohol desde casa. Enseñar que estas sustancias no son sinónimo de diversión.
8. Conocer a sus amigos y su grupo y ofrecer, siempre que se pueda, el propio hogar como lugar de reunión.
9. Mantener unos horarios razonables pero firmes para las salidas.
10. Reforzar positivamente las conductas que lo merezcan y negativamente las que requieran corrección, tratando de explicar siempre por qué se ha obrado mal y haciendo que el adolescente razone por sí mismo.
Damián Montero
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