El bienestar de los hijos es una de las mayores preocupaciones en todos los padres. Por ello la prevención se convierte en la mejor herramienta para conseguir este objetivo. Prácticas que no solo busquen evitar que los más pequeños enfermen, sino que además logren mantener alejados los accidentes infantiles que pueden causar lesiones, magulladuras y otras afecciones.
Una buena manera de prevenir los accidentes infantiles, es saber cuáles son los más comunes por cada edad del niño. Sobre ello trata la guía «Mamá, papá, ¿puedo coger eso?» que ha sido redactada por Pilar Camacho, Coordinadora de Urgencias Pediátricas del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón de Sevilla. Un compendio que pretende evitar la que según la Unión Europea, es la primera causa de muerte en los niños.
Accidentes infantiles y edad de los niños
Los datos de la Unión Europea destacan que la mortalidad por accidentes infantiles en España suceden 8,1 cada 100.000 habitantes. La prevención de estas lesiones no intencionadas que se producen en el hogar es clave. Estos son los percances más repetidos por edad en los más pequeños de la casa:
– De 0 a 6 meses de vida. Los accidentes más frecuentes en estas edades son la sofocación en la cuna, los traumatismos por caída del cambiador o de la cama, las quemaduras en el agua del baño o por ingesta de líquidos calientes.
– De 6 meses a 1 año de vida. A esta edad, el bebé se convierte en todo un investigador, por lo que se lo lleva todo a la boca con el fin de descubrir lo que tiene ante él. En esta etapa los accidentes más frecuentes son los atragantamientos, por lo que hay que vigilar todo aquello que rodea el niño y este puede alcanzar. Al final de este periodo comienza el gateo y los primeros pasos de forma insegura, por lo que aumentará el riesgo traumatismos por caídas o choques contra muebles.
– A partir de los 3 años. En esta etapa, los accidentes que más se registran son los producidos por la ingesta de productos tóxicos, o medicamentos, relacionados por la curiosidad que pueden producir. Se recomienda no utilizarlos cerca de los niños, en especial aquellos que tengan colores llamativos, por supuesto habrá que guardarlos en lugares inaccesibles para ellos. También son comunes los episodios de sofocación por frutos secos, chicles y frutas con hueso.
– A partir de los 6 años. A estas edades los traumatismos pasan a ser los accidentes más frecuentes ya que en esta etapa la actividad física, los juegos y los deportes. Prácticas en las que debe asegurarse un buen equipo y recordar la necesidad de proceder con cuidado para evitar lesiones y, en caso de que se produzcan, asegurar que se desarrolla su correcta cura.
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Accidentes en las habitaciones
En esta guía no solo se listan los accidentes más comunes por edad. También los percances que más se repiten por cada habitación del hogar, estos son algunos de ellos:
– La cocina. Esta habitación se considera la más peligrosa de la casa ya que tiene un gran atractivo para los más pequeños: presencia de comida deliciosa, productos de limpieza de colores vivos y un sin fin de artilugios con los que querrían jugar. En la medida de lo posible hay que evitar la entrada a los niños.
Se trata de un espacio relativamente pequeño en donde se dan lugar circunstancias muy peligrosas, por lo que también se debe recordar a los niños que la cocina no es un lugar para jugar. Los accidentes más comunes son los traumatismos provocados por golpes con los muebles, quemaduras por acercarse demasiado a una fuente de calor. Las intoxicaciones también se producen con asiduidad por la presencia de sustancias químicas peligrosas en productos de limpieza.
– El baño. Una habitación que puede ser el escenario de numerosos escenarios como quemaduras a la hora de bañar a los más pequeños y no regular la temperatura dela gua de forma correcta. Hay que recordar que la piel del bebé es más sensible y fina que la del adulto, por lo que se recomienda usar un termómetro y no dejarse guiar por las sensaciones de la dermis de los padres.
Los traumatismos también pueden suceder por golpes contra los grifos, por lo que nunca hay que dejar solo a un niño en la bañera, de esta forma será posible prevenir los ahogamientos. Mucho cuidado con dejar a la vista productos que puedan causar intoxicación como cosméticos y otros artículos de higiene.
– El salón. Al contrario que la cocina, en este espacio sí que sirve para jugar. Eso sí, con unas normas de seguridad. Los accidentes más comunes son los traumatismos por chocar contra los muebles, por lo que hay que indicar a los niños que no deben correr como si estuvieran en el parque.
Damián Montero
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