Decidir cómo se cría un hijo es algo muy personal y que depende de cada padre. En función del estilo que se escoge los resultados son distintos, pero no sólo para los pequeños. Las consecuencias de esta decisión también afecta a los progenitores e incluso la salud mental se resiente por esta preferencia.
Así lo indica Amy Morin en uno de sus libros en donde habla de la fortaleza mental que requiere la paternidad. La psicoterapeuta describe varios estilos de crianza y los resultados que tienen en este sentido para los padres, así como lo que pueden hacer para rebajar estos efectos para poder asegurar un buen desarrollo para sus hijos y mantenerse en forma a nivel mental.
Padres helicóptero
Morin señala que los padres helicóptero sienten la necesidad constante de rescatar a sus hijos. El efecto más evidente para los pequeños es que estos no son capaces de enfrentarse a los retos de su día a día, un ejemplo es el progenitor que termina realizando un trabajo escolar del niño para evitar que éste se presente en el colegio sin él. Pero también hay resultados negativos para los adultos.
El más evidente es el de vivir en una constante ansiedad. Estos padres viven estresados por controlar todo aspecto de sus hijos, sienten la necesidad de que todo lo que emprendan estos salga perfecto. En cierto modo, sienten que el éxito que tengan los pequeños será el suyo. Una situación que incrementa el riesgo de agotamiento mental y depresión al no ver cumplidas las expectativas.
La psicoterapeuta recomienda dar un paso atrás y recordar que es la vida de los hijos, no de los padres. Hay que mantenerse como apoyo, no como red que los salve de cada peligro. Deben hacer un esfuerzo por ver a sus niños equivocarse y aprendiendo una lección. A la larga comprobarán que los pequeños son capaces de enfrentarse a estos retos y salir airosos.
Padres autoritarios
Este estilo de crianza caracterizado por una gran presencia de los castigos para responder a las malas actitudes también se traduce en ansiedad. Los padres vigilan de forma constante toda actividad de los hijos con el fin de corregir cualquier comportamiento que interpreten que no es bueno. Además, también pueden aparecer problemas de ira.
Este estilo de crianza aumenta el estrés de los padres haciendo que caigan en gritos y malos modos a la hora de contestar a sus hijos. Algo que a la larga agota la mente de los adultos. Morin recomienda a estos progenitores buscar sobre técnicas de control del enfado y que ante los síntomas de estos, paren y traten de hablar con sus hijos en el caso de que haya un comportamiento a corregir.
No se trata de permitir que los hijos hagan todo lo que quieran, sino de actuar de otra forma cuando ven un mal comportamiento. Apostar por el diálogo en lugar de los enfados cuando estas situaciones aparezcan y controlar el estrés que se genera en ellos cuando los niños no tienen buenas conductas. Hay que recordar que todavía no han alcanzado la misma madurez que un adulto.
Modelo mixto
¿Hay algún estilo de vida que asegure un estado de salud mental correcto a los padres? Morin apuesta por un estilo mixto. Es decir, permitir que los niños exploren y conozcan el mundo, equivocándose y aprendiendo, al mismo tiempo que se imponen normas que vayan guiando a los hijos en su día a día.
De esta forma se apostará por un estilo que otorgue confianza a los hijos, al mismo tiempo que se recuerda la autoridad que supone ser padre. Por otro lado, Morin también recuerda que la paternidad supone ciertos problemas para la salud mental como el agotamiento mental. Por este motivo, recomienda que ante la noticia de la llegada de un niño, se preparen en este sentido y vayan conociendo la situación que van a vivir a partir del nacimiento.
Damian Montero
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