¿Cómo decidir qué está mal y qué está bien? ¿Cómo definir lo que se puede hacer y lo que no se puede hacer? Las reglas son una buena herramienta para establecer los límites en cualquier comunidad y la familia no es una excepción. En todo hogar deben existir unas normas básicas para que la situación no se desmadre. Una estructura que ayude a los niños a saber qué conductas se espera de ellos.
¿Cuáles pasos se deben seguir para acordar normas? ¿Hay algunas imprescindibles o todo puede ser negociado? Para aquellos padres que tengan problemas a la hora de establecer reglas en su hogar, el Departamento de Salud y Recursos Humanos del Gobierno de Estados Unidos da una serie de consejos para conseguir crear esta estructura.
Qué reglas hay que aplicar
El primer paso para establecer las reglas es revisar el sistema de valores de la familia y comprobar si existen problemas a solucionar. Por ejemplo, si los hijos demuestran autonomía y no necesitan que se les recuerde responsabilidades como hacer la cama o que en casa no se debe correr, quizás estas normas pueden quedar en segundo plano. Sin embargo, si por ejemplo hay problema a la hora de sentarse en la mesa, habrá que empezar por este aspecto.
Hay que tener en cuenta que el niño no es capaz de interiorizar y recordar un complejo sistema de reglas. Por este motivo, se recomienda empezar por aplicar primero normas para solucionar comportamientos problemáticos. Estos dictámenes deben ser sencillos y fáciles de comprender: «En la mesa no se juega» o «Si te llamamos, debes responder». No se aconseja ser impreciso con frases como «pórtate bien».
También hay que ser realista con la edad del niño. No se puede pretender un comportamiento similar al de los adultos. Las reglas deben centrarse en evitar comportamientos poco aceptables como por ejemplo «no se pega a otros niños», «no interrumpas a las personas cuando hablen», «pide permiso».
Por otro lado, se recomienda a los padres cumplir con las reglas que aplican. Los progenitores son el espejo en el que se miran los más pequeños y si ellos no siguen las normas que indican, ¿por qué habrían de hacerlo sus hijos? En este sentido, también se recomienda un sistema de castigos cuando un comportamiento no se ajuste a lo esperado.
Reglas básicas
Como se ha dicho, el sistema de normas debe ajustarse a las conductas que los padres quieran solucionar en sus hijos. Pero existen unas reglas que pueden ser establecidas de forma genérica para poder encauzar el comportamiento de los niños desde un primer momento:
– En casa no se corre ni los muebles son columpios. Esta norma busca la seguridad del niño y evitar accidentes domésticos.
– No se golpea, si hay problema lo mejor es hablar o contárselo a un mayor. Las relaciones entre niños en el colegio o entre hermanos pueden derivar en un conflicto. La violencia nunca debe ser la solución, siempre es mejor acudir a un adulto para advertir del problema.
– Respeto ante todos. Si alguien hace bueno por el niño, éste debe contestar gracias. Si debe pedir algo, un «por favor» no debe faltar. La buena educación y el respeto siempre deben estar presentes.
– Cuando exista duda, pedir permiso. ¿El niño no sabe si puede hacer algo, se le ha invitado a una fiesta de cumpleaños? En estos, el pequeño debe saber que hay que pedir permiso antes de dar una respuesta.
Damián Montero
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