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Excitación en niños, cómo controlar las emociones fuertes en niños

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La sobreexcitación en niños suele responder a un comportamiento histriónico.

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El comportamiento en niños es un asunto muy importante a tener en cuenta por parte de los padres. La actitud de los hijos significa su carta de presentación ante otras personas, a mejor conducta, situaciones más tranquilas. Si bien hay determinadas formas de ser que no pueden negarse a los más pequeños, hay que recordar su edad, no hay que olvidarse de la importancia de guiar a los menores.

Un ejemplo es la excitación con la que muchos niños se enfrentan a algunas situaciones. Ya sea una alegría demasiado grande ante la recepción de una buena noticia o un miedo por encima de lo normal, estas actitudes encierran cierto nivel de histrionismo que a su vez se traducen en una búsqueda de atención. Al mismo tiempo, también puede señalar un escaso control de las emociones en menores.

Motivos para la excitación

El primer paso para poder trabajar en este comportamiento es entender por qué el niño actúa de este modo, por qué pasa de la simple muestra de emociones al histrionismo, al desenfreno de sentimientos. Desde la Fundación Understood se indican las siguientes claves para reconocer estos comportamientos:

– Efusividad, monopolio de las conversaciones, hablar fuera de turno y ser demasiado histriónico en la muestra de emociones ante algo que no es tan ilusionante.

– Es irrealmente optimista. El hijo muestra unas expectativas demasiado grandes ante un evento tan simple como puede ser una visita al parque o ir a ver una película al cine. También puede traducirse en exagerar un evento que no fue así con mentiras como la narración de habilidades de las que carece.

– Demasiado emocional. Los niños reaccionan ante ciertos eventos dando cuenta de lo bien o lo mal que lo han pasado, exageran los resultados con tal de dar cuenta de sus emociones y de sus vivencias para que el resto las conozca.

Por qué muestran estos comportamientos

Desde la Fundación Understood también se dan algunas explicaciones a por qué los niños manifiestan estos comportamientos:

– Trastorno de Déficit de Atención. Los estímulos de un niño con TDAH pueden alterar su reacción. Los padres deben aprender a poner límites en este sentido y estar prevenidos ante situaciones excitantes.

– Dificultades del funcionamiento ejecutivo. El gasto de energía y el tono de voz alto son apropiados para el patio de juegos, pero cuando estos niños entran a la casa o a la clase, deben actuar de otra manera. Hay que enseñar a comportarse en cada momento y explicar cuál es la actitud correcta para cada situación.

– Dificultades de procesamiento sensorial. Los niños con dificultades de procesamiento sensorial no conocen su propia fuerza. Como resultado, los juegos rudos bien intencionados, se pueden salir de control, y cuando reciben demasiada estimulación por el entorno, puede ser difícil para estos pequeños concentrarse en lo que las otras personas pueden sentir.

Damián Montero

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