El parto natural siempre es preferible a la cesárea. Esta última intervención supone un proceso invasivo que conlleva algún que otro riesgo para la madre. Aunque esta práctica se realice en un entorno controlado como es un hospital y por personal cualificado, existe el peligro provocar infecciones o de hemorragias en la mujer. Además, también puede influir en futuros embarazos.
¿Puede prevenirse algún modo la cesárea? Desde la Universidad de Liverpool se ofrecen datos que podrían significar que sí. El estudio presentado por esta entidad destaca que el uso de bicarbonato durante el embarazo podría relacionarse con una menor probabilidad de tener que intervenir quirúrgicamente para ayudar a la madre a dar a luz.
Reducción de la acidez
Los investigadores partieron de la premisa presentada por otros estudios en donde se aseguraba que la acidez en el vientre materno podría tener relación con el parto por cesárea. Además, este trabajo también tuvo en cuenta otros tratamientos basados en el suministro de oxitocina para aumentar la probabilidad de alumbramiento natural Para ello reunieron a dos grupos compuestos por 100 madres cada uno.
Un centenar de madres recibieron un tratamiento basado en bicarbonato y oxitocina, las otras 100 sólo recibieron la hormona. El objetivo era comprobar qué porcentaje de mujeres, a la conclusión de sus gestaciones, habían presentado un mayor problema en el parto. Los resultados confirmaron que el primer grupo había presentado un 17% más de alumbramientos naturales.
Según Wray, autora principal de este estudio, señaló que este resultado se relaciona con la reducción de la acidez en el vientre materno. Un problema que en ocasiones termina derivando en la práctica de cesáreas de emergencia. De esta forma, gracias al bicarbonato, las madres pueden encontrar un tratamiento eficaz con el que poder prevenir estos partos y de esta forma esquivar en mayor medida los riesgos que entraña.
Otros consejos para prevenir una cesárea
Otra forma de prevenir la cesárea es la práctica de ejercicio en el embarazo. Así lo destaca Así lo indica el estudio realizado por Universidad Queen’s Mary, en Londres, que ha establecido una relación entre estas actividades y un menor riesgo de estas intervenciones. Una actividad física adaptada a las circunstancias de la mujer y que por supuesto, debe ser complementada por una buena alimentación, lo cual también ayuda a prevenir la diabetes gestacional.
Ejercicio y alimentación equilibrada, estos son los puntos que proponen los responsables de este estudio a las embarazadas con el fin de prevenir posibles problemas durante el embarazo. Para demostrar estos beneficios, los investigadores revisaron otros 36 trabajos en donde se incluyeron los datos de más de 12.500 mujeres y sus hábitos durante el proceso de gestación.
Los resultados de esta revisión indicaron que las mujeres que habían practicado ejercicio durante el embarazo presentaron un 10% menos de posibilidades de pasar por la cesárea. En el caso de la diabetes gestacional, las probabilidades de desarrollo por parte de la futura mamá se reducían en un 24%. Número que mejoraban en aquellas situaciones donde la mujer también cuidaba su alimentación.
«Según las evidencias encontradas hasta la fecha, una dieta saludable y una actividad física moderada en el embarazo reducen el riesgo de un aumento de peso y ese beneficio en realidad es asequible para cualquier mujer embarazada, sin importar el peso corporal que tenga», explica Shakila Thangaratinam, la autora principal de este estudio.
Damián Montero
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