Estudiar un curso completo en el extranjero es un compromiso con la excelencia educativa que se puede realizar con éxito en distintos destinos. En solo 10 meses, un alumno adquiere unos conocimientos que tardaría años en conseguir de otro modo, pero para dar el paso las familias requieren contar con la garantía de seguridad de una compañía donde confiar su bien más preciado: sus hijos.
Los padres juegan un importante papel al contratar un programa internacional de estudios por concebir la ausencia de sus hijos durante 10 meses como un acto de generosidad en favor de los múltiples beneficios que tiene para los estudiantes.
De cara a su futuro tanto profesional como personal, los padres sabemos que cuantas más herramientas posea una persona (competencias lingüísticas en diferentes idiomas, capacidad de adaptación, habilidades y técnicas sociales…) más oportunidades tendrá a su disposición para desenvolverse en su vida.
El equipo de EduCaser, conscientes de estas necesidades, ha diseñado una propuesta de programas internacionales asentada en los principios inspiradores de la esta compañía: la confianza, la seguridad, la tranquilidad y la protección de las familias, garantías esenciales en propuestas educativas en el extranjero. Entre los destinos más interesantes, aunque no exclusivamente, destacan Canadá, Estados Unidos, Irlanda e Inglaterra.
Un año de educación en el extranjero
Adquirir una educación bilingüe implica una gran inversión en tiempo, recursos y esfuerzo. El tiempo es una noción muy apreciada por todos, sin embargo no se trata solo de acortar los tiempos de aprendizaje, sino de que estos periodos alcancen cotas de rendimiento eficaces.
Por este motivo, resultan imprescindibles fórmulas de aprendizaje que lo rentabilicen al máximo, como cursar un año en el extranjero. Los beneficios de estos programas anuales no solo se aprecian a medio y largo plazo.
Los datos ponen de manifiesto que el fracaso escolar entre los estudiantes españoles cuando cursan estudios en otros países es muy bajo (en torno al 1%), siendo la tasa media del país del 16% y en algunas comunidades autónomas de más del 20%.
Entre las causas que explican este altísimo porcentaje de éxito escolar está el hecho de que los sistemas educativos de los países de destino suelen ser más pragmáticos y menos teóricos. También contribuye el elemento motivador y el desarrollo de responsabilidad y autonomía personal que se desarrolla en estos estudiantes.
La inmersión escolar corta
Aunque cursar un año escolar en el extranjero es la fórmula más enriquecedora y completa para un alumno, en ocasiones no es posible por diversas circunstancias. La opción llamada «Inmersión Escolar Corta» es un programa a valorar porque resulta muy enriquecedora y exige una menor inversión de tiempo. Mejora extraordinariamente las competencias en inglés y aporta una interesante experiencia internacional.
La duración más extendida es de un trimestre escolar, que equivale a la primera evaluación española. Los alumnos inician el programa a finales de verano (agosto o septiembre) y regresan antes de las vacaciones de Navidad.
Los alumnos españoles se incorporan ad las aulas de destino en su curso correspondiente y se alojan durante su estancia en familias anfitrionas en régimen de pensión completa. Estos estudios no son convalidables en ningún destino.
¿Cómo elegir el mejor programa?
Cada país y cada sistema educativo tiene sus particularidades, y a la hora de elegir se trata de adecuar el programa y el destino al estudiante. La individualidad personal es la riqueza con la que trabaja a diario el equipo de EduCaser porque cada alumno merece «su mejor programa». Del mismo modo que no hay una «mejor edad», ya que cada estudiante sigue su propio proceso de maduración personal.
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