Se acaba un año más, llegan las campanadas, la cuenta atrás para un nuevo inicio que puede traducirse en un cambio de vida. Aunque cualquier momento es bueno para empezar a dejar de lado los malos hábitos, el 1 de enero puede ser una buena fecha para empezar a trabajar duro por estos compromisos. Unos propósitos que puede asumir toda la familia para conquistarlos en los meses que están por venir.
Si todos los miembros adquieren este compromiso, o ayudan al resto a conseguirlos, el trabajo será más llevadero. Comenzar el año con la mejor de las actitudes es el primer paso, el segundo es saber qué se quiere cambiar para poder hacerlo, esta es una serie de propósitos que se pueden conseguir entre todos.
Propósitos de año nuevo
Hacer más ejercicio.
Mucho tiempo en el sofá, en la silla del trabajo o frente al escritorio. Uno de los propósitos más repetidos es el de hacer más ejercicio. Pedid a los reyes ropa deportiva y unas buenas zapatillas y empezad el año con mucho ejercicio, el próximo 31 de diciembre seguro disfrutáis de los beneficios y los agradecéis.
Más juego en familia.
Se termina la jornada laboral o escolar, se llega a casa y el tiempo de ocio se dedica a ver una serie, estar con la tablet o videojuegos. A partir del 1 de enero el chip debe cambiar, hay que impulsar el juego en familia para descubrir una fantástica forma de reír y disfrutar que dará muchos recuerdos al final del próximo año.
Adquirir una nueva habilidad.
Toda la familia puede apuntarse a un mismo curso, ya sea de cocina o de cualquier otra materia con el fin de mejorar o adquirir una habilidad. A la hora de terminar el nuevo año que se empieza seguro que el balance ha sido positivo en este sentido y se sabe mucho más de lo que se conocía el 1 de enero.
Dejar de fumar.
Para los más mayores de la casa, dejar este mal hábito beneficiará a todos los miembros del hogar. Se puede comenzar fumando únicamente en exteriores y poco a poco reduciendo las veces en las que se consume el tabaco. El resto de familiares deben animarlo premiando sus avances y animando a esta persona con alternativas al cigarrillo.
Visitar más a la familia.
El concepto de familia es mucho más amplio del que se piensa. Abuelos, tíos, primos. Hacerles una pequeña visita de vez en cuando se agradecerá por la cantidad de momentos que se van a compartir. Y en el caso de los más jóvenes que estudien en otras ciudades, aumentar las llamadas y no dejar para mañana ese saludo a sus padres.
Ser menos egoísta.
Pensar menos en el yo y más en el nosotros es un propósito que puede servir para toda la familia. Ayudar más a quien se tiene al lado y desarrollar la empatía es un punto muy importante.
Damián Montero
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