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Una guía enseña a los padres todo sobre los primeros 1000 días del bebé

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Con esta guía los primerizos sabrán que está por venir.

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Dicen que los hijos vienen con un pan bajo el brazo, sin embargo muchos primerizos agradecerían que llegasen junto a un libro de instrucciones. Enfrentarse a la paternidad es un verdadero reto: el bebé no habla y hay que ir entender sus necesidades de otras formas muy distintas. Un proceso muy bonito pero a la par complicado, por ello toda ayuda que llegue desde fuera siempre es bien recibida.

Ayuda como la que ofrecen desde los Colegios Gredos San Diego en su guía de los primeros 1000 días para padres. Un compendio de consejos y aclaraciones para aquellos adultos que crean que esta situación puede superarlos y que habrá aspectos que no alcanzarán a comprender. Aunque cada caso es un mundo, en esta lista seguro quedarán muchas dudas a resolver.

Enfrentarse a lo nuevo

Tal y como se explica en esta guía la paternidad supone descubrir cada día algo nuevo. No solo en el momento del parto, cada día del bebé supone un cambio en el mismo y la adaptación a otro contexto. Esto puede llegar a abrumar a los padres ya que pareciera que cada jornada hay una lección que aprender, sin embargo, este proceso puede convertirse en algo muy especial.

Estos primeros 1000 días del bebé supone ver cómo esa persona que ha llegado al mundo va creciendo y haciéndose mayor. Cómo va ganando autonomía desde que no es capaz de sostenerse erguido hasta conseguir andar y hablar. Tal y como se explica en la guía este proceso debe ser aprovechado para fortalecer el vínculo entre los padres y el hijo. Los primeros se sentirán orgullosos de ver cumplida su labor y los segundos se sentirán seguros en brazos de sus progenitores.

Esta guía también recuerda que Hay que tener en cuenta que para que el proceso de maduración precisa tiempo. Durante este hay que saber respetar, ya que cada niño tiene su propia velocidad de desarrollo. Desde el principio es muy importante que pongan en marcha, con la ayuda de los padres, ambos lados del cuerpo y estimular las dos mitades del cuerpo y las extremidades simétricamente en juegos y masajes.

Pero lo que nunca hay que hacer es comparar casos o situaciones, cada uno requiere un tiempo y salvo que durante una revisión rutinaria se diga algo distinto, el bebé progresará adecuadamente aunque a su ritmo. Poco a poco los menores presentarán pequeños detalles que significarán grandes avances para los más pequeños y que llenarán de alegría a los niños.

Paciencia ante todo

Hacia los cuatro meses los bebés van ganando en autonomía. En primer lugar son capaces de mantener la cabeza erguida, girarla hacia los dos lados extendiendo y arqueando el cuerpo, y también estirar los brazos, las piernas y mantener las manos abiertas. En esta guía se recomienda fomentar la independencia y el desarrollo del bebé dejándolo en el suelo e ir aumentando esos tiempos de libertad.

Esta autonomía también se traduce en la capacidad de coger objetos que están a su alcance, como puede ser el chupete o utensilios de cocina cuando está cerca de ellos. En ansia de investigar provoca que constantemente el bebé quiera manipular toda clase de artículos, por lo que se recomienda paciencia y no dejarse llevar por los nervios que puede suponer una atención constante.

Los padres tendrán que vigilar la sala donde va a situarse el bebé ara evitar que pueda manipular objetos peligrosos o pueda llevarse a la boca algún artículo tóxico. Esta vigilancia, y la paciencia, deberán extremarse a medida que el niño se haga mayor. Hacia los 6 meses ya son capaces de voltear su cuerpo hacia arriba para empezar a arrastrarse solos y gatear.

En esta edad los bebés tocan y chupan todo lo que tienen entre manos, acumulando así una importante cantidad de información con la que van incorporando nuevos aprendizajes sobre el mundo que les rodea. Los padres deben asumir la obligación de que estas interacciones sean con elementos seguros y que de esta adquisición de información no se derive ningún peligro para los más pequeños.

Damián Montero

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