¿Qué necesitamos para crecer y ser más altos que nuestros padres y abuelos? Hasta ahora se pensaba que era la herencia genética la responsable de la altura de las personas, sobre todo, la recibida de la madre, pero un estudio reciente ha revelado que el consumo de algunos alimentos como las carnes rojas, el pescado, la leche, las frutas, las lentejas, los quesos, el marisco, el germen de trigo o las pipas de girasol… contienen los componentes químicos esenciales para el crecimiento. Todos estos alimentos tienen un denominador común y es que son ricos en fósforo y nitrógeno.
Este es el resultado de una investigación realizada por un equipo de investigadores del CREAF de Barcelona, cuyas conclusiones se han publicado en la revista Scientific Reports. Entre las más reseñables destaca que existe una diferencia de 23 centímetros de media en la altura de las personas de los países con un PIB más alto y los que lo tienen más bajo.
En el podium de la altura, Dinamarca y los Países Bajos se sitúan en la primera posición, con una media de 1,83 metros de altura, mientras que Guatemala y Vietnam, cuya población mide 1,60 metros estarían en el escalón más bajo. En total, la diferencia de altura entre las personas de los países ricos y la de los pobres ha aumentado 1,5 centímetros en los últimos 30 años.
La dieta para ser más alto
Los investigadores sostienen que tanto el fósforo como el nitrógeno son elementos nutricionales diferenciales en el crecimiento de la población. No se trata de comer mucho, sino de hacerlo bien y variado, es decir, la dieta debe ser proporcionada y depende más de la calidad que de la cantidad de alimentos.
*La altura no es una característica neutra. La ciencia ha demostrado que está relacionada con la salud y la esperanza de vida. Por tanto, si queremos eliminar las diferencias entre los países ricos y pobres en cuanto a la altura, pero también en lo referido a la salud, se tienen que tener en cuenta las cantidades de nitrógeno y fósforo que reciben a través de la alimentación*, explica Jordi Sardans, investigador del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales de Cataluña (CREAF).
Respecto a la obtención del fósforo en la dieta, hay que destacar que los países situados en zonas tropicales como es el caso de muchos países en vías de desarrollo lo tienen más difícil porque sus suelos son pobres en este mineral. *Desgraciadamente, todo indica que las diferencias en cantidad y calidad de la dieta entre países ricos y pobres seguirá aumentando y tendrá consecuencias en el rtimo de crecimiento*, se lamenta Josep Peñuelas, uno de los autores del estudio.
En cambio, las personas de los países desarrollados tienen más posiblidades de obtener una dieta variada con una mayor proporción de alimentos de origen animal que de productos vegetales, lo que hace que reciban una mayor cantidad de nitrógeno y fósforo y que tengan también una proporción más alta de ambos compuestos químicos.
Cuanto más rica sea una dieta en nitrógeno y fósforo, asociada a un mayor nivel de vida en los países ricos, más posibilidades existen de que la población que los ingiere sea más alta. De hecho, su mayor o menor consumo es lo que divide al mundo en altos y bajos. O, lo que es lo mismo, cuanto más pobre, más pequeño. Y viceversa. Esto explica porque los primeros son cada vez más altos, mientras los segundos permanecen estancados.
Alimentos ricos en nitrogeno
Los alimentos que contienen más nitrógeno son las carnes rojas, pescados, frutas verdurtas, cereales, legumbres en general, harinas, lentejas, atún…
Alimentos que contienen fósforo
Los alimentos más ricos en fósforo son quesos, sardinas, mariscos, chocolate, huevo, yema de huevo, yogurt, carnes, germen de trigo, leche en polvo, pipas de girasol…
Diferencias entre altos y bajos en el mundo
Los investigadores han utilizado miles de datos de 80 países procedentes de diversas fuentes, entre ellas la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO) y bases de datos universitarias, de varones adultos nacidos entre los años 60, 70 y 80. Buena parte de la información procede del tallaje del servicio militar.
La altura media de los hombres varía mucho entre países y ello está motivado en primer lugar por factores históricos de adaptación al clima o la altitud. Sin embargo, el estudio ha observado que en la actualidad la altura de las personas también está relacionada con el nivel de renta. De promedio, subraya el trabajo del CREAF, hay una diferencia de 23 centímetros entre los países con gente más alta (Dinamarca y los Países Bajos, con una media de 1,83 metros de altura) y los países con gente más baja (Guatemala y Vietnam, con una media de 1,60). En el capítulo de los altos destacan también alemanes, suecos y canadienses, mientras que en la cola figuran asimismo Madagascar, Camboya y Bangladesh.
Lo más llamativo, no obstante, es que en los últimos 30 años estas diferencias se han agrandado en 1,5 centímetros: mientras que los ricos son cada vez más altos, la altura de los más pobres no ha variado. «Incluso los masái, un pueblo con hombres muy altos, no han aumentado su altura», explica a este diario el primer firmante del estudio, Josep Peñuelas, investigador del CSIC en el CREAF. Lo mismo sucede con los senegaleses. Entre los países cuya población ha crecido más en altura destacan Japón e Irán.
Marisol Nuevo Espín
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