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La eficacia de WhatsApp para felicitar la Navidad y los cumpleaños

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Nos quejamos de que los jóvenes se pasan el día pegados a sus teléfonos móviles pero lo cierto es que, en los últimos años, los adultos también hemos entrado en este círculo digital, en particular tras la aparición de WhatsApp. Como toda tecnología, tiene ventajas y desventajas para el buen funcionamiento de las relaciones intrafamiliares.

¿Felicitas las Navidades y los cumpleaños por WhatsApp?

Gracias a los recordatorios de nuestro móvil no se nos pasa ni uno, pero a algunas personas en su cumpleaños les entristece recibir solo mensajes y no las clásicas llamadas de sus seres más queridos.

Actualmente, 500 millones de personas en el mundo usan WhatsApp cada día. Más que una moda, las nuevas tecnologías han revolucionado con aparente facilidad nuestra forma de comunicarnos, pero ¿cuáles son las ventajas y las desventajas?

Para analizar las ventajas y las desventajas del WhatsApp, no perdamos de vista que lo importante no es hacer una valoración de la aplicación en sí, sino detenerse a pensar en el cómo y a costa de qué la estamos usando.

Lo importante es saber aprovechar todas las facilidades que nos brinda esta nueva aplicación, disfrutar de estar en contacto con los nuestros estén donde estén, pero sin olvidar que es solo una forma más de comunicación, no la única. No permitamos que sustituya a otras y no perdamos de vista sus limitaciones ni le exijamos lo que no le corresponde.

Estas son las principales ventajas del WhatsApp

Grupos de WhatsApp
Una de las principales ventajas de esta aplicación es la de comunicar a varias personas a un mismo tiempo. Los grupos de WhatsApp han venido a sustituir a las cadenas de emails y los hay de muchos tipos.

Los grupos familiares mantienen a todos en contacto, ayudan a organizar el día a día familiar y a compartir momentos y experiencias, lo que puede repercutir positivamente en el ambiente familiar. Si hablamos de familias en las que alguno de sus miembros vive fuera, estas ventajas se multiplican.

Al utilizar un lenguaje y un canal que a los jóvenes no les es ajeno, ha mejorado el contacto entre padres e hijos, que se han adaptado a unos sistemas de conversación propios de los más jóvenes.

De una manera similar, muchos grupos de amigos, compañeros de trabajo, de colegio, de facultad, de madres de compañeros de colegio de sus hijos, de los que juegan a pádel, etc., han creado sus propios grupos en WhatsApp. En ellos se organizan eventos y se comparten acontecimientos importantes, de una manera sencilla y que además evita los malentendidos derivados de la trasmisión de información de unos a otros, ya que en este caso todos lo reciben a la vez. Eso sí, ¡cuidado con escribir en el grupo adecuado!

WhatsApp en la distancia
Quizá una de las mayores ventajas del WhatsApp es la facilidad con la que mantiene en contacto a las personas a pesar de la distancia. Es una forma de comunicarse clave en una sociedad en continuo movimiento, en la que salir de tu ciudad, o de tu país, para estudiar o trabajar es más una norma que una excepción. El uso de redes sociales no necesita de coincidencias horarias y, en la mayoría de los casos, con Wifi o tarifas planas, la comunicación resulta gratuita.

Eficiencia del WhatsApp
Esta aplicación es probablemente la más rápida y económica de las formas de comunicación que tenemos hoy en día. Más económica que el teléfono y probablemente más inmediata que el email en algunos contextos. Además, el usuario siempre lleva el teléfono encima y el interfaz es sencillo y cómodo.

Las desventajas de hacer un mal uso de WhatsApp

La comunicación escrita es mucho más pobre que la oral
La principal diferencia entre la comunicación oral y escrita es que esta última pierde todos los aspectos no verbales que acompañan al lenguaje. La comunicación oral es muy rica en matices: el tono de voz, la velocidad del lenguaje, la postura corporal, la expresión facial, los gestos de las manos… Son una serie de detalles que pueden cambiar radicalmente el sentido de un discurso.

Muchas veces no es tan importante lo que decimos sino cómo lo decimos. Pensemos en una palabra sencilla como «gracias». Podemos decirla de maneras distintas y expresar con ella sentimientos diferentes. Todas esas connotaciones, que van más allá de lo verbal, se pierden en WhatsApp. Los emoticonos y otros complementos de la aplicación pueden subsanar estas diferencias en alguna ocasión, pero difícilmente podrán causar el mismo efecto que la expresión.

Por otro lado, podemos caer en el error de tratar por WhatsApp ciertos temas delicados o importantes para así evitarnos la dificultad que supone hablar de ellos en persona. Atendiendo, como veíamos, a la importancia de lo no verbal en la comunicación, merece la pena ser valientes a la hora de tratar temas que nos resultan delicados para no perder la riqueza de la comunicación verbal.

Malinterpretaciones y otros problemas con el WhatsApp
Uno de los problemas del WhatsApp viene, por tanto, de que un mensaje escrito, separado de lo no verbal, tiene muchas interpretaciones posibles y la interpretación que le da la persona que recibe el mensaje puede ser muy distinta que la del emisor. Atribuirle al otro una intención distinta a la que tenía dificulta la comunicación y a la larga entorpece las relaciones.

Inmediatez
La rápida comunicación que nos ofrece puede hacer que nos enganchemos en la trampa de la inmediatez. Parece que cuando mandamos un mensaje estamos esperando una respuesta en ese momento, y la demora nos intranquiliza, miramos continuamente el móvil, la última hora de conexión. En dirección opuesta, nosotros mismos podemos tener dificultades para posponer la respuesta cuando recibimos un mensaje, lo cual explica que contestemos en medio de una cena con amigos, una reunión de trabajo o la consulta del médico.

Ciertos aspectos de la aplicación como mostrar la última hora de conexión o el doble check y ahora el doble check azul pueden limitar nuestra libertad para no contestar en ese preciso instante y pueden ser utilizados como argumento para exigir una respuesta inmediata. Es como si tuviéramos que estar disponibles en todo momento. Nada más lejos de la realidad. Basta hacer con nosotros mismos un experimento: ¿cuánto tiempo podemos dejar pasar entre la recepción de un mensaje y su respuesta?

Adictos a WhatsApp
Utilizar el WhatsApp es una conducta aparentemente positiva que se puede convertir en problemática si la frecuencia e intensidad con la que se desarrolla interfiere en la vida cotidiana. Estaríamos hablando entonces de una adicción a WhatsApp. Sin necesidad de alarmarse, simplemente recordemos la importancia de hacer un uso responsable de las nuevas tecnologías.

Carmen Laspra Solís. Unidad de Diagnóstico y Terapia Familiar (UDITEF), Universidad de Navarra

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