Muchas personas detestan las fiestas navideñas, tanto que incluso viajan a otros países donde el ambiente de luces, árboles y belenes queda diluido en un entorno de sol y playa. Ponen miles de kilómetros de distancia entre ellos, su familia, la cena de Nochebuena y los regalos. Son los que se deprimen en Navidad, aquellos a quienes estos días en los que se celebra la felicidad les hacen verdaderamente infelices.
Ocurre año tras año. Uno de los motivos, según la psicóloga Pilar Conde, «es que estas fechas nos hacen cuestionarnos los aspectos más importantes de nuestra vida: la familia, el amor, nuestra trayectoria vital y la felicidad en general. Si estos aspectos, explica, no están cubiertos, o no se saben potenciar, se toma conciencia de lo que «debería sentir y no siento», llevándonos a emociones negativas».
Cuando alguien falta a la mesa en Navidad
En España, la familia es el epicentro de la celebración y que falte alguien en la mesa, sobre todo si la ausencia es reciente, suele ser un motivo de pesar, tristeza y a veces de gran dolor. Esta circunstancia frustra, sobre todo en nuestra cultura, donde si se guarda luto se puede llegar a considerar una falta de respeto disfrutar cuando ha fallecido un ser querido, máxime en los primeros años.
De un lado nos provoca emociones negativas no poder cumplir con el rito de la felicidad que supone esta reunión en la que se celebra la familia, y, por el otro, se tiene miedo a faltar el respeto a los ausentes con fiestas o celebraciones alegres. La experta considera que una manera de amortiguar el malestar ante la pérdida de nuestros seres queridos sería homenajearles en estos días: «disfrutar de la compañía de nuestros familiares, e incluso reírnos, nos permitirían afrontar de manera más positiva estos días. También hay que permitirse llorar por los que no están, pero no aislarnos, sino una vez pasado este momento, intentar disfrutar de la compañía y de la celebración.»
No a las polémicas familiares de siempre en Nochebuena y Nochevieja
Esta transformación en positivo no debe verse empañada tampoco por las rencillas y disputas familiares, ya sea política o biológica. La recomendación es sentarse a la mesa con una actitud conciliadora e ignorar cualquier intento de polémica. Hay que acudir a estos eventos como si no hubiera existido problema anterior alguno. Sólo así se podrá disfrutar de la fiesta.
7 consejos para aparcar la tristeza en Navidad
Además, y para no atragantarnos con la comida y , para , sí, por una vez, ser felices en familia, a la mesa y en Navidad, la experta nos deja estos consejos:
1. Dejar los móviles aparcados, disfrutar del momento presente y de las personas con las que nos encontramos.
2.Disfrutar de los sabores de los alimentos de esos días, de la decoración. Buscar lo positivo, lo bueno, lo bonito.
3. No entrar en conflicto, cuando veamos que algún familiar intenta generar polémica, no seguirle el juego.
4. Evitar sacar temas polémicos como la política.
5. Si vemos que nos estamos poniendo tensos, salir a tomar el aire, o ir al baño.
6. Si sabemos que con ciertas personas es fácil que «perdamos el control», controlar el consumo de alcohol.
7. Antes de ir a esas comidas difíciles, pensar que es lo que puede ir mal y pensar como queremos gestionarlo, para no acabar en conflicto.
En definitiva, vivir el aquí y ahora, aprovechando lo bueno que nos aporta el momento.
Pilar Conde. Directora técnica de Clínicas Origen
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