Qué fácil es entender a otra persona cuando esta habla el mismo idioma que nosotros. Pero, ¿cómo comprender lo que se nos está diciendo cuando ni siquiera es capaz de mencionar una palabra? A esta situación se enfrentan diariamente numerosos padres que deben hacer un esfuerzo por tratar de descifrar lo que les dicen sus bebés para satisfacer sus necesidades.
Una labor imprescindible ya que precisamente estas pequeñas personas que no saben comunicarse a través de la palabra, son quienes más necesitan decir qué les ocurra ya que dependen de sus padres para satisfacer sus necesidades. Para saber qué están queriendo expresar los bebés, nada mejor que conocer el desarrollo de esta habilidad. La fundación Nemours señala estas destrezas en el aprendizaje de esta capacidad por parte de los recién nacidos.
La importancia del llanto del bebé
La primera habilidad comunicativa con la que nacen los más pequeños es el llanto. A través de esta capacidad, los bebés hacen saber al resto su incomodidad. Escuchar a un bebé llorar es darse cuenta de que algo va mal: hambre, pañal sucio, miedo o incapacidad para quedarse dormido. Tu hijo recién nacido necesita que cambies ese aspecto que altera su bienestar.
Por desgracia no hay unas actitudes generales que indiquen qué es lo que le molesta al niño en estas situaciones. ¿La solución? Atenderlo y observar las actitudes en cada contexto. Poco a poco se conocerán los matices propios de necesidades como el hambre y el sueño, la solución es probar y revisar los errores. De esta forma, poco a poco se irá perfeccionando para atender de mejor forma al bebé.
El llanto también puede hacer saber a los padres que el entorno no es el que el bebé desea. ¿A qué altura está el volumen del televisor? ¿Hay personas desconocidas alrededor de él? ¿Demasiada luz, poca visibilidad? Si las necesidades del pequeño están satisfechas, habrá que revisar el ambiente donde se ubica el recién nacido para saber si la incomodidad viene por este lado.
Otra explicación al llanto puede ser la necesidad de tener cerca a sus padres. En estos casos, nada mejor que hablarle con un tono de voz suave. De esta forma el bebé se sentirá seguro en los brazos de sus progenitores y además se acostumbrarán al tono de sus progenitores.
La risa, otra forma de comunicar de tu bebé
Estas son algunas de las opciones habituales con las que un bebé se comunica con sus padres. Otras acciones como la risa también tienen su significado. Así lo explica Birkbeck College de Londres, que cuenta con una sección que se dedica a investigar qué quieren decir los más pequeños a través de estas acciones que comienzan a manifestar entre los 2 y 4 meses.
Si el llanto demuestra incomodidad, la risa parece que se relaciona con la sensación contraria. Los investigadores destacan que cuando un bebé ríe es que algo bueno le ha ocurrido. Algo habitual es el descubrimiento de una nueva habilidad, o de algo que le ha sorprendido gratamente. De esta forma, dicha acción es la forma con la que el pequeño comparte su alegría por la situación.
Otro ejemplo de cómo la risa indica la comodidad del bebé es cuando los padres lo cogen en brazos y este, al sentirse seguro, manifiesta su comodidad a través de dicha acción.
Damián Montero
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