Tiene dos sílabas, es llana y cuenta con tres letras. Así es una de las palabras que más puede alterar un hogar: cáncer. Cuando esta enfermedad entra en casa es muy difícil evitar que todo cambie, y todavía más difícil es explicar a los más pequeños de la casa lo que está ocurriendo. Los niños verán alteraciones, sin embargo no entenderán lo que ante ellos se presenta.
Cuando un niño ve enfermar de cáncer a alguien cercano, como un familiar o un amigo, sentirán que algo está mal pero no alcanzarán a entender qué es lo que realmente está sucediendo. Por ello, tal y como se indica desde la Asociación Americana de Oncología, los padres deben ayudar a que sus hijos comprendan lo que realmente está sucediendo frente a ellos.
No evitar la palabra
Si se quiere hacer entender a los más pequeños qué es el cáncer, no se puede obviar esta palabra. Ocultar este término hará que aumente más la confusión, por ello cuando un niño pregunte qué le ocurre a su amigo o familiar, los padres deben ser claros y emplear este término con claridad. No hay que llamar al equívoco y emplear eufemismos como «está acatarrado» o cualquier otra afección parecida.
Al mismo tiempo hay que tener en cuenta la edad de los más pequeños, esto requiere el uso de un lenguaje acorde para dialogar sobre el cáncer. Los niños necesitan una explicación más simple y que no profundice en detalles clínicos. Hacerles ver que la otra persona tiene una enfermedad y que va a requerir un cuidado constante durante algún tiempo.
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Para evitar sustos cuando vayan a ver sus conocidos enfermos, como por ejemplo sus abuelos, hay que dejar claro que no hay riesgo de contagio, que pueden brindar su cariño a estas personas y que de hecho lo necesitan. En las visitas a los afectados por cáncer también se debe advertir de que no hagan ninguna pregunta fuera de lugar para evitar entristecer a la otra persona y que si tienen alguna duda pueden realizarla a los padres cuando concluya la visita.
Los padres también deben estar preparados para el final más triste. Por desgracia el cáncer puede concluir en la muerte de la otra persona, por lo que llegado el momento todo progenitor tiene que estar dispuesto para explicar lo que significa despedir a alguien para siempre. En este sentido, conviene, como se ha dicho antes, no caer en eufemismos que puedan dar falsas esperanzas a los más pequeños.
Cuando es el niño quien enferma
Otra situación muy difícil para los padres es ver cómo son sus hijos quienes enferman de cáncer, un contexto en el que toca hablar de cómo van a afrontar esta etapa los más pequeños. En primer lugar habrá que decirles que los médicos han detectado una enfermedad y que es necesario un tratamiento inmediato, que tendrá efectos secundarios pero que es necesario para que pueda curarse.
En los casos en donde sea necesario el internamiento es preciso que los niños entiendan que van a tener a sus padres cerca y que no se ha portado mal y por eso queda castigado en este centro. Siempre y cuando las circunstancias lo permitan, hay que dejar que los amigos vengan a verlo para dar cierta normalidad a su situación.
Si la situación supera a la familia, no hay que tener miedo a pedir ayuda a un psicólogo infantil para ayudar a que el niño entienda su situación.
Marisol Nuevo Espín
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