Nuestra mente está llena de pensamientos, siempre estamos pensando, constantemente y nuestros pensamientos tienen un gran poder sobre nuestras emociones y sobre nuestros actos. Pensar bien nos hace sentirnos bien, en cambio pensar mal o tener pensamientos negativos nos hace sentirnos mal. No obstante podemos eliminar los pensamientos negativos de la mente cambiando nuestro diálogo interno.
El papel de los pensamientos
Todos tenemos pensamientos, pensar nos ayuda a entender el mundo que nos rodea y nos permite otorgarle un sentido. Aunque a veces no seamos conscientes de nuestros pensamientos, si prestamos atención seguro que nos damos cuenta de esa vocecita interna que nos acompaña y que nos dice constante su análisis del entorno. Pensar es muy importante para las personas y no podemos evitar tener pensamientos, a través de ellos interpretamos rápidamente el entorno y podemos dar una respuesta adecuada a las demandas del mismo casi sin percatarnos de ello.
Los pensamientos ejercen una influencia determinante sobre nuestros actos, pero también sobre nuestras emociones. Las emociones y los pensamientos están estrechamente relacionados. Ante los acontecimientos externos nuestra mente hace una valoración doble: por un lado un pensamiento o interpretación y por otro lado una emoción o manera de sentirnos con la situación. Normalmente ambos pensamiento y emoción van de la mano, cuando el pensamiento es negativo la emoción es negativa y viceversa cuando el pensamiento es positivo la emoción es positiva.*
Los pensamientos negativos
A veces podemos tener una tendencia a los pensamientos negativos, aparecen como una especie de mecanismo de alerta: si lo interpretamos como negativo estamos preparados para lo peor. El problema aparece cuando generalizamos la tendencia de pensar negativamente, estos pensamientos poco a poco se hacen fuertes en nuestra mente y pueden llegar a convertirse en creencias que tomamos como verdades absolutas olvidando que solo son una interpretación subjetiva de la situación. Y cuando nuestras creencias son demasiado negativas, actúan como un mecanismo de auto sabotaje interior que nos limita y se acompaña de muchas emociones negativas que nos provocan un gran malestar.
Los pensamientos negativos además pueden dar lugar a lo que se conoce como profecía autocumplida y nos hacen entrar en un bucle de negatividad de difícil salida. Cuando las creencias negativas se hacen fuertes y se acompañan de emociones negativas, tendemos a dar respuestas poco adaptativas que a su vez hacen que se cumplan nuestros pensamientos negativos y los refuerzan.
Por ejemplo, algunos pensamientos negativos pueden ser: todo me sale mal, no soy una persona interesante, caigo mal a todo el mundo, mi vida es un desastre, etc. Si tenemos estos pensamientos y los convertimos en verdades absolutas es lógico que nos sintamos mal y que nuestros actos nos conduzcan al fracaso, por ejemplo si voy a una fiesta o reunión intentaré no hablar con nadie (pienso que le caigo mal a todo el mundo), no intentaré hacer cosas nuevas (ya que pienso que soy un desastre y que todo me sale mal), y al final se reforzarán mis pensamientos.
Cambia tu dialogo interno para eliminar los pensamientos negativos
Los pensamientos negativos pueden llegar a ser muy perjudiciales, pero existe un modo de eliminarlos poco a poco a través del dialogo interno.
– Presta atención primero a tu dialogo externo, a veces es la manera de tomar conciencia del propio dialogo interior.*
– Cuando digas algo negativo, trata de cambiarlo por algo neutro. De momento solo cambiaremos nuestro modo de hablar. Por ejemplo: en lugar de decir «todo me sale mal», diremos «algunas cosas me salen mal», en lugar de decir «soy un desastre» diremos «esto me ha salido mal».*
– Por cada cosa negativa o neutra que digas, trata de decir algo positivo. Por ejemplo: » No me he expresado bien en la reunión de hoy, pero he hecho una
buena presentación» «Mi amigo Juan no me hace caso, pero me ha llamado mi amigo Pedro», «He vuelto a discutir con mi pareja, pero este fin de semana haremos algo especial», etc.*
– Al principio será un esfuerzo pero si cambias tu lenguaje externo poco a poco irá cambiando tu diálogo interior e irás transformando tus pensamientos negativos en pensamientos positivos.
Celia Rodríguez Ruiz. Psicóloga clínica sanitaria. Especialista en pedagogía y psicología infantojuvenil. Directora de Educa y Aprende. Autora de la colección Estimular los Procesos de lectura y escritura.
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