El ictus afecta en torno a 134.000 españoles al año, y casi un millón de personas están en tratamiento anticoagulante con el objetivo de prevenir el ictus. Hasta el 80% de los casos de ictus en nuestro país se podrían evitar si se controlaran los factores de riesgo modificables, como la hipercolesterolemia, la hipertensión o el tabaquismo, siguiendo hábitos de vida cardiosaludables.
Por este motivo, y siguiendo las directrices de la OMS, que recomienda realizar 30 minutos de ejercicio al día para una vida cardiosaludable, se han seleccionado 5 ejercicios para prevenir el ictus, que deben realizarse con regularidad para la prevención de esta enfermedad, que puede causar la muerte o dejar secuelas importantes en la capacidad para comunicar o para valerse por sí mismo.
5 ejercicios cardiosaludables para prevenir el ictus
1. Natación. «La natación es un buen entrenamiento cardiovascular, porque sube el pulso y la tensión de manera progresiva, a la vez que trabaja un gran número de grupos musculares a la vez», explica la Dra. Almudena Castro, Coordinadora de la Unidad de Rehabilitación Cardíaca del Hospital La Paz (Madrid), ex- presidenta de la sección de Cardiología Preventiva y Rehabilitación Cardíaca de la SEC (Sociedad Española de Cardiología) y Directora de Mimocardio. Castro, añade: «además, al trabajar en el agua se reduce el impacto en las articulaciones». Los estilos de natación más adecuados son braza, crol y espalda, recomendando la mariposa únicamente para expertos y personas con alta resistencia cardiovascular.
2. Yoga. El yoga es un tipo de ejercicio que combina práctica física, espiritual y mental y por ello ayuda a controlar el peso, la presión sanguínea y los niveles de colesterol. Los beneficios cardiovasculares del yoga pueden deberse a la reducción del estrés, ya que por ejemplo entre las mujeres es uno de los mayores riesgos de ictus. Además, es un tipo de ejercicio de bajo o nulo impacto aeróbico que las personas mayores o con enfermedades cardíacas previas pueden realizar sin riesgo.
3. Estiramientos. Los estiramientos son un tipo de ejercicio físico de actividad moderada que permiten mantener el cuerpo activo y mejoran la circulación de la sangre. Del mismo modo, los estiramientos regalan minutos que ayudan a centrarse en uno mismo y rebajar los niveles de estrés.
4. Caminar. Es el ejercicio más sencillo y natural. En caso de llevar una vida sedentaria y necesitar un cambio de hábitos para llevar una vida más cardiosaludable, caminar es la mejor opción para empezar a incluir el ejercicio en la rutina diaria. Activa el flujo sanguíneo y se puede ir adaptando el ritmo según las necesidades.
5. Bicicleta. El hecho de ir en bicicleta no sólo aporta beneficios físicos, sino también mentales. A nivel físico, es una actividad de impacto cardíaco que activa la circulación, reduce el colesterol y ayuda a mejorar la movilidad de las articulaciones. A nivel mental, suele ser una actividad que nos permite estar al aire libre por lo que puede contribuir a reducir el estrés, y también puede realizarse en compañía de amigos y familiares, aunque también puede realizarse en centros deportivos. Basta con pedalear de 5 a 10 minutos al día.
Dra. Almudena Castro, Coordinadora de la Unidad de Rehabilitación Cardíaca del Hospital La Paz (Madrid)
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