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Reforzar la autoridad del padre para acabar con la tiranía del hijo

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La autoridad paterna nunca debe perderse.

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Dentro del hogar hay que respetar la jerarquía. Aunque deba existir un clima de diálogo en donde todos puedan mostrar su opinión, los padres son los cabezas de la familia y de ellos ha de ser siempre la última palabra. Sin embargo, en algunos casos la figura de autoridad paternal se diluye en este núcleo dando lugar a una situación en la que los niños se convierten en unos «tiranos«.

Sobre este asunto se ha hablado en el Congreso de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria. Un evento en donde se ha dejado claro que los límites deben estar presentes en cada hogar para reforzar la autoridad de los padres con el fin de acabar con esta actitud en los más pequeños. Toda una llamada de atención a las familias para frenar los casos extremos en donde se termina por desembocar en casos de maltrato.

Sistema jerárquico en la familia

Aurora Gil, psicóloga participante en este congreso, explica que aunque la familia es un entorno de diálogo y entendimiento, no se trata de un sistema plenamente democrático, sino un núcleo jerárquico. Los padres imponen normas y los niños deben respetarlas, cuando sucede al contrario, o se consiente la desobediencia, se le está diciendo al niño que no ocurre nada si se comporta mal.

De esta forma, el menor seguirá actuando de esta forma, y llegará un momento en el que los más pequeños no tengan miedo al enfrentarse a sus padres e incluso tratar de imponer su criterio por encima de el de los demás. Algo que desemboca igualmente en una escasa tolerancia a la frustración, por lo que es probable que contesten de forma violenta con agresiones a aquellos que les lleven la contraria.

En este punto, Gil también destaca la sobreprotección como forma de perder la autoridad. Con el fin de evitarles males, muchos padres permiten que sus hijos eludan responsabilidades y situaciones que puedan suponer su enfado. Mala decisión ya que lo que se le transmite al niño es que puede despreocuparse ya que sus progenitores serán quienes solucionen todo.



Imponer límites a los hijos

Tal y como se ha dicho en este congreso, la imposición de límites y normas es algo necesario en la crianza de los niños. Estos son algunos consejos para introducirlos en el día a día:

– Objetividad. Es cierto que los padres son la máxima autoridad y que imponen normas. Pero antes de instaurar un límite, hay que pensar si de verdad va a contribuir en algo o su finalidad simplemente va a ser coercitiva.

– Firmeza. Si los padres ceden, los niños aprenden que si actúan de determinada forma pueden salirse con la suya. Si se decide una norma, hay que ser firme en su cumplimiento.

– Consecuencias. Los niños seguramente no cumplan siempre con las normas, por ello hay que establecer un sistema de castigos que se traduzcan como consecuencias que los invitarán a no repetir más en esa actitud.

– Reforzar lo positivo. Al igual que cuando se incumplen las normas, hay consecuencias, cuando se actúa conforme a ellas también debe haberlas. De esta forma se reforzará el comportamiento positivo en los más pequeños.

– Controlar las emociones. Se trata de hacer cumplir normas, no de asustar innecesariamente a los niños. Cuando este se comporte de mala forma, habrá que actuar con firmeza, no explotando en un mar de emociones que pueden hacer creer a los menores que sus padres los odian.

Damián Montero

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