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Dudas del padre primerizo, preparando al hombre para cuidar a su niño

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Ser padre es una aventura que abruma pero que vale la pena vivir.

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Traer un hijo al mundo es un verdadero reto. Tanto padres como madres se enfrentan a una prueba que durará durante toda la vida, pero que puede parecer más difícil la primera vez que la encaran. Los primerizos son quienes presentan más dudas ya que tendrán que atravesar por una situación que desconocen en primera persona y que sólo han vivido a través de otras experiencias.

Unas dudas que pueden aparecer con mayor fuerza en el hombre ya que tradicionalmente la figura del varón no ha sido preparada para el cuidado de los hijos más allá de aportar el sustento económico al hogar. Muchos padres primerizos se sienten abrumados por este reto y no saber muy bien qué se espera de ellos y si serán capaces de hacerlo bien.

Así puede cuidar papá a su bebé

A menudo es la madre quien más se implica en el cuidado del recién nacido, dejando al hombre en un segundo plano. ¿Qué puede hacer entonces el padre? No hay que pensarlo dos veces, hay que romper con esta tendencia y acercarse a sus pequeños para dedicarse a ellos y cuidarlos tanto como se pueda. Es cierto que hay labores que el varón no puede realizar, como amamantar al niño, pero éste es muy capaz de hacer otras tareas.

Desde acunar al bebé, hasta cambiar el pañal o bañarlo. Todas estas tareas pueden ser realizadas indistintamente por el hombre o por la mujer. Simplemente el hombre debe perder el miedo a no hacerlo bien y asumir todas estas labores. Para ello puede acudir a sesiones de preparación para ir conociendo cómo realizar estas funciones de forma correcta.

A otros hombres los asusta coger a su hijo en brazos ante la idea de poder causarles daño. Para prevenir estos temores los padres primerizos pueden tener en cuenta estos consejos:

– Lavarse las manos antes de manipular al recién nacido. A esta edad los bebés todavía no han desarrollado un sistema inmunitario resistente, por lo que son muy vulnerables a las infecciones.

– Extremar el cuidado en sostener la cabeza y el cuello del bebé. Al coger al recién nacido en brazos, se debe de sujetar bien la cabeza y el cuello, y hacer lo mismo cuando lo transporte en posición erguida y cuando lo deje sobre una superficie horizontal.

– Nunca zarandear al recién nacido, ya sea o en momentos de frustración. Los movimientos rápidos en el bebé pueden provocar hemorragias cerebrales. Estos mismos consejos se deben tener en cuenta a la hora de despertar al niño.

– Cuidado a la hora de jugar con él ya que la intensidad de estas actividades puede provocar lesiones en él.

El cambio en la figura del padre

En este nuevo siglo la incorporación de la mujer al mundo laboral ha hecho que la figura del padre cambie su dinámica. Atrás queda aquella visión en la que el niño veía a su progenitor como alguien distante y temido en la casa. Las responsabilidades en casa se han dividido y tanto papá como mamá atienden a sus hijos y cumplen con las labores del hogar.

Ahora los hombres ya no son tan distantes y manifiestan sus sentimientos en casa, algo que favorece la creación de un vínculo entre los padres y sus hijos, algo que beneficia profundamente a los niños ya que se benefician profundamente de esta relación al tener dos figuras en las que apoyarse cuando lo necesite.

Ahora el padre transmite seguridad y confianza, sentimientos que son las bases para unas bases fuertes de cara a la adolescencia y la juventud de los hijos. Una implicación que favorece la creación de una personalidad fuerte en los más pequeños, evitando que la falta de cariño pueda trabar el futuro de estos.

Damián Montero

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