Categorías:

La psicomotricidad fina: el dominio infantil de las manos

Tabla de contenidos

La psicomotricidad fina es una secuencia de movimientos coordinados que se realizan con diversas partes del cuerpo. La más conocida es la que coordina los movimientos de las manos y los ojos, como agarrar, tomar los objetos en pinzas… y es fundamental que los niños la dominen antes de empezar a escribir. ¿Por qué?

Porque estas habilidades que requieren de un elevado nivel de precisión, son un entramiento en la vida de los bebés y niños para poder conseguir otras habilidades con las manos más complejas.

A medida que crece y por sí solo, los bebés van adquiriendo de manera natural las destrezas de la psicomotricidad fina, pero también existen maneras de ayudarles a que los alcance de manera más rápida y efectiva.

Para desarrollar la motricidad fina, el niño debe trabajar con diferentes materiales, con el objeto de alcanzar el nivel adecuado de precisión y coordinación que requieren las tareas en las cuales se utilizan de manera simultánea los ojos, las manos y los dedos. Del mismo modo, es necesario realizar ejercicios que fomenten el desarrollo de la coordinación viso-manual que llevarán al niño al dominio de la mano y de los elementos que intervienen en el movimiento de la misma: muñeca, antebrazo y brazo.

Cómo desarrollar la motricidad fina

Para que los niños puedan aprender a coger el lápiz, tienen que haber desarrollado antes su capacidad de manejar bien las manos y los dedos así como la sincronización de sus movimientos. Desde su más tierna infancia, estos ejercicios les pueden ayudar a desarrollar esas capacidades de motricidad fina.

– Para desarrollar el agarre estilo pinza de índice y pulgar y la agilidad muscular, es muy eficaz puntear con un punzón sobre líneas y contornos dibujados en un papel.

– Para favorecer la coordinación óculo-manual e incluso la autonomía personal, resulta eficaz montar puzles y figuras de piezas que encajen; abrochar y desabrochar botones; cierres y cremalleras; juegos de hilar, coser, etc.

– Rasgar y plegar papel favorece el control de la presión, de giro y la coordinación viso- motriz.

– Las manualidades son fundamentales para trabajar la motricidad fina: insertar bolitas de collar, modelar con plastilina, realizar estampaciones en papel, rellenar figuras con diferentes materiales

– Es bueno hacer ejercicios de manos y dedos: recortar con tijeras, trasladar objetos pequeños, etc.

Marisol Nuevo Espín
Asesoramiento: María Galvache García. Profesora de Educación Infantil del Colegio Orvalle

Te puede interesar:

– Psicomotricidad gruesa, ejercicios para niños de 2 a 4 años

Los juguetes apropiados para niños de 12 a 18 meses

Desarrollo psicomotriz en niños, ¿cómo asegurarse de que todo va bien?

– Aprender a escribir, ejercicios para niños

Otros artículos interesantes