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Cómo dar responsabilidad con los deberes al mal estudiante

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Cuando los niños tienen malas calificaciones, es importante averiguar por qué, ya que un niño antes de los diez años debería estar deseoso de aprender. Por ello es conveniente, en primer lugar, comprobar que no tiene problemas sensoriales, de vista y oído.  Y analizar, con la ayuda del psicopedagogo o psicólogo escolar, que no presenta problemas para procesar la información: problemas perceptivos, problemas de atención, dificultades para memorizar…

Tras examinar las posibles dificultades para aprender de los niños, siempre y cuando hayamos descartado problemas sensoriales o de aprendizaje, reforzar su comportamiento y su sentido de responsabilidad hacia sus propios resultados en el colegio es fundamental. Por eso, es muy aconsejable que los padres no asuman el papel de hacer los deberes a los hijos, ni de ayudarles a hacer los deberes porque de esta manera, no les hacemos ningún favor a la larga.

Es importante que los niños aprendan a ser responsables ellos mismos. Los padres pueden supervisar su tiempo de estudio y de deberes, estando cerca, pero no sobre ellos. Así poco a poco, los niños se acostumbrarán a reconocer la responsabilidad de sus estudios como suya y estudiarán por ellos mismos, no por agradar a sus padres.

Ideas para dar responsabilidad a los malos estudiantes

Así pueden ayudar los padres a sus hijos a estudiar bien:

– Observando cómo estudia su hijo: cuánto tiempo dedica, si estudia a diario, si hace demasiados descansos, si sigue un horario, si tiene algún método*

– Conversando con el hijo sobre la forma en que estudia, ayudándole a organizarse.

– Conversando con el tutor, que conoce a nuestro hijo y puede ayudarnos y orientarnos sobre cómo ayudarle en los estudios.

– Estando disponibles: procurando estar en casa durante las horas después del colegio, ayudándoles a repasar o memorizar.

– Orientándoles sobre posibles defectos en la forma de estudiar, tales como repetir sin entender, no usar el diccionario cuando no entienden una palabra*

– Repasando su agenda escolar y enseñándole a utilizarla bien.

– Facilitando un clima familiar propicio para el estudio: un lugar de estudio, tiempo para estudiar, un ambiente tranquilo y sin ruido…

– Valorando más el esfuerzo que los resultados y exigiendo a cada hijo en función de sus capacidades, sin hacer comparaciones entre los hermanos.

– Destacando sus logros y animándole ante las dificultades.

– Colaborando con el colegio: acudiendo a las sesiones formativas para padres, apoyando a los profesores y visitando con frecuencia al tutor.

Con cierta frecuencia las dificultades para aprender de los niños tienen relación con el mal funcionamiento de estos procesos. La detección temprana de estos problemas es importante, ya que a menudo, si no son detectados, acaban experimentando un elevado nivel de frustración, se dan cuenta de que ellos no son como los demás, comprueban que aunque se esfuercen no consiguen buenos resultados y a menudo «tiran la toalla» y dejan de esforzarse y de intentarlo.

Teresa Artola González. Profesora Centro Universitario Villanueva

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