¿Tienen capacidad de sugestión para los niños los cuentos? En realidad es nuestra capacidad de sentirnos atrapados por las historias, proyectando nuestra experiencia emocional, la que nos guía en el conocimiento de lo que puede estar sucediendo.
Es nuestra capacidad de autosugestionarnos la que nos transporta a ese instante, sintiéndonos protagonistas, dándole a la historia del cuento parte de nuestras experiencias emocionales, para así sentirlas cercanas, vivas y creíbles, muy creíbles.
A través de los cuentos, también proyectamos parte del cómo somos. Por una parte del físico, pues el protagonista que hemos imaginado pertenecerá al género masculino o al femenino, según nosotros lo seamos de uno o del otro. Tendrá una edad u otra en función de la nuestra o de la que nos gustaría haber cumplido. La altura, musculatura, peso, color de ojos y pelo también variará según tengamos o nos gustaría tener… y todo esto no lo hemos leído en la historia.
Lo que ha ocurrido es que la imaginación ha hecho más que el conocimiento. Las imágenes que hemos recreado en nuestra mente han dado más valor emocional que los datos que nos aportaba la historia. Eso sucede con los cuentos gracias a la autosugestión. Y eso les sucede a los niños cuando, sintiéndose atrapados por lo que les contamos, se hacen protagonistas y liberan sus miedos.
La capacidad de sugestión de los cuentos
La sugestión y su capacidad de movilizar las emociones es parte de la vida. Por este motivo, desde tiempos remotos las historias y su transformación a cuentos y metáforas se han utilizado para inducir cambios de todo tipo. La imaginación nos sugestiona, nos ayuda a evocar momentos gracias a las imágenes que generamos.
En este sentido podríamos decir que la sugestión es una forma de comunicación en respuesta a un estímulo. Nuestro cuerpo y nuestra mente interactúan gracias a la neurotransmisión nerviosa. Por medio de los sentidos percibimos el mundo que nos rodea y comunicamos al cerebro la información recibida. Éste a su vez reacciona en respuesta a esa información, de forma consciente o inconsciente, buscando e intentando reconocer entre sus archivos históricos lo conocido.
Reconocer, establecer asociaciones con lo que ya conocemos nos sitúa en un lugar en el mundo y eso nos tranquiliza. Por este motivo incluir objetos de referencia de nuestros niños les ayudará a implicarse, a dejarse llevar depositando la confianza en referentes reconocidos y familiares (color que más le gusta, ese peluche con el que siempre juega, ese personaje de los dibujos que le encanta…).
Ana Gutiérrez y Pedro Moreno. Psicólogos clínicos
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