Las nuevas tecnologías han cambiado a toda la sociedad, mucho más de lo que se pueda llegar a creer. Gracias a internet y a los dispositivos como smartphones las personas pueden acceder a una gran cantidad de información en tiempo real y estar conectados permanentemente. Pero también se han alterado muchos hábitos familiares por la necesidad de estar siempre atentos a este mundo digital.
La conocida como nomofobia (no mobile phone phobia) ha alterado la rutina familiar. Los miembros de un hogar, especialmente los más jóvenes, temen quedar desconectados y por ello eluden ciertas actividades junto a los suyos para atender sus dispositivos móviles en lugar de aquellos que los rodean. Un cambio que se puede apreciar desde las actitudes en el salón de casa o en la elección del destino de viaje.
Ansiedad por la desconexión
Sobre la nomofobia ha tratado el estudio realizado de forma conjunta por la Universidad Internacional de La Rioja y la Universidad de Deusto. Un trabajo que señala cómo la ansiedad a la desconexión afecta a muchas familias hoy en día. Una situación que se hace más visible en los adolescentes, especialmente en los jóvenes de entre 14 y 16 años, especialmente en el caso de las chicas.
Esta diferencia de género se debe, según el director de esta investigación, Joaquín Manuel González-Cabrera, a que las chicas alcanzan antes la madurez que los más chicos. Por tanto, acceden antes a estas formas de socialización a través de los smartphones. En cualquier caso, este estudio ha detectado cómo el comportamiento de los adolescentes demuestra un menor nivel de estrés cuando acceden a lugares con cobertura o con Wi-Fi.
Esto ha cambiado algunos patrones de conducta familiares, como por ejemplo las clásicas visitas al pueblo. Los investigadores señalan que muchos adolescentes se niegan a realizar estos viajes ante el temor de quedarse sin cobertura y no poder mantener una plena relación con sus conocidos o acceder al contenido en línea.
Otro cambio apreciable en la rutina familiar son los momentos que antaño se aprovechaban para socializar. Por ejemplo los momentos después de la cena en los que todos los miembros solían hablar, y en los últimos años se ha visto cómo el smartphone ha suplido a estas conversaciones.
Cuestión de actitud
Para prevenir la nomofobia el mejor consejo es cuidar la actitud de los niños desde que se les da el smartphone. Estos son algunos comportamientos que deben asumir los adolescentes que obtengan uno de estos terminales:
– Respetar los momentos. Cada momento requiere un comportamiento, si el adolescente está en clase, hablando con su familia o haciendo los deberes, no es la ocasión de atender el smartphone.
– En la mesa, alimentos. El smartphone no debe ser un invitado a las comidas familiares. Los adolescentes deben dejar sus dispositivos en otros lugares a la hora de sentarse en la mesa y aprovechar estos momentos para socializa con los miembros del hogar.
– Mejor en persona. ¿El adolescente quiere socializar con sus amigos? Genial, pero mejor quedar en persona, pasar tiempo juntos y no a través de la pantalla de estos smartphones.
– La hora de dormir. En la oscuridad del cuarto por la noche, la cara de muchos adolescentes queda iluminada por sus smartphones. Una actividad que altera su ritmo de sueño, por lo tanto, en la cama queda prohibido el móvil.
– Recordando el mundo real. Si el adolescente acude a alguna actividad en familia o con amigos, debe recordar el mundo real que lo rodea. Es una falta de respeto muy grande atender su smartphone, salvo urgencia.
Damián Montero
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