Las mascotas se convierten en un familiar más. Estos animales acogidos en el seno familiar adquieren muchos comportamientos que habitualmente son propios de las personas y su vida gira en torno a la de sus dueños. De hecho, incluso en algunas ocasiones los perros comparten habitación con los integrantes del hogar. Una decisión que algunos cuestionan.
Un ejemplo es el estudio realizado por la Clínica Mayo que cuestiona la conveniencia de dejar dormir a las mascotas en la misma habitación que las personas ya que la calidad del sueño puede verse alterada. Los constantes movimientos del perro y la posibilidad de que se suba en la cama son dos de las causas que explican que los especialistas de este organismo aconsejen echar a los animales de los cuartos.
Dormir con tu mascota afecta al sueño
Este estudio se centró en 40 propietarios de mascotas con un solo perro en sus hogares. Los investigadores analizaron las horas de sueño de estas personas y las veces que se despertaron a lo largo de una semana. Para ello los humanos llevaban un monitor de actividad en la muñeca para detectar el movimiento de estos y la luz que penetraba en el cuarto. También se les pidió seguir un diario de sueño donde valorasen la calidad del mismo.
Al mismo tiempo, los perros llevaban un monitor de actividad que detectaba sólo el movimiento y de esta forma comprobar cuántas veces recorrían la habitación, entraban o salían del cuarto o se subían a las camas de sus dueños. Los investigadores comprobaron que la calidad del sueño de un ser humano era mayor y que se despertaban menos veces después de empezar a dormir cuando sus mascotas no estaban presentes en la habitación.
«Para mí es igual que con la cafeína«, explica el doctor Christopher Winter, uno de los autores del estudio que explica que al igual que las personas que dicen que pueden tomar café antes de ir a dormir sin problemas, las personas que creen que tener a la mascota en su cuarto no les afecta se equivocan. «Yo creo que sí lo afecta y que simplemente no son conscientes de ello. Hace que su sueño, que podría ser del 100 por ciento, sea del 85 por ciento», concluye.
En este punto los especialistas destacan que en la mayoría de las ocasiones los padres no saben decir que no a sus mascotas al sentir pena por ellas. Pero hay que enseñar desde que son cachorros a dormir en otras zonas y, especialmente, recodar a los niños que las habitaciones son para ellos y para las mascotas.
Consejos para tener una mascota en casa
Una mascota es una responsabilidad. Por ello, antes de llevar una a casa hay que dejar clara una lista de cosas a los niños para que nada salga mal:
– Amigos a los que cuidar. Nuestro hijo tiene que ver en su mascota un amigo que cuidar y proteger. Pero si tenemos un hijo algo «trasto» que maltrata al animal, debemos prohibir esas trastadas. Las orejas, el rabo y el hocico son las tres partes del cuerpo que más daños sufren por parte de los niños. No olvidemos que algunas de estas bromas pueden ser interpretadas para el perro como un reto, y volverse algo violento.
– Animales a los que educar. Los animales también necesitan ser corregidos sin gritos, al igual que nuestros hijos. El perro por ejemplo, tiene su oído muy sensible, y si se acostumbra a los gritos, no servirá luego un tono de voz más severo cuando haya que corregirle.
– Si tienes que prescindir de la mascota, evita abandonarla. Si observáis en vuestro hijo reacciones de fobia hacia el animal o algún tipo de alergia, aunque os cueste, es preferible desprenderse de la mascota. Hay lugares adecuados para dejarlo, sin necesidad de abandonarlo.
– Para evitar riesgo de transmisión de enfermedades de animales a los niños o a los miembros de la familia, siempre hay que recoger y eliminar sus excrementos en la basura y sobre todo, lavarse las manos con frecuencia, especialmente antes de comer.
– Hay que evitar también que los animales chupen la cara de los niños, pero si esto ocurre, será suficiente con lavarle la cara.
Damián Montero
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